Las luchas que muchos cristianos tienen en recordar lo que leen en las escrituras no son el resultado de una mala memoria, sino un mal método, según Donald Whitney. En el capítulo tres de su libro Disciplinas Espirituales Para La Vida Cristiana, comparte su solución: meditar en la Biblia, y además da dos ilustraciones para probar su punto.
¿Por qué es necesario meditar en las escrituras?
1. Una taza de té.
“Una analogía sencilla sería una taza de té. En esta analogía, su mente es la taza con agua caliente y la bolsita de té representa su asimilación de las Escrituras. Escuchar la Palabra de Dios es como sumergir la bolsita de té en la taza una vez. El agua absorbe algo del sabor del té, pero no tanto como ocurriría si sumergiera la bolsita por más tiempo. Leer, estudiar y memorizar la Palabra de Dios son como las zambullidas adicionales de la bolsita de té en la taza. Mientras más veces entre el té en el agua, más penetrante será su efecto. La meditación, sin embargo, es como sumergir completamente la bolsita y dejarla en remojo hasta que todo el sabor intenso del té se haya extraído y el agua esté completamente castaño-rojiza. Meditar en las Escrituras es dejar que la Biblia se remoje en la cabeza”. (Página 52)
2. Acercarse a un fuego.
“La meditación también puede compararse con permanecer cerca del fuego. Imagine que usted estuvo afuera en un día helado, y luego entra adonde hay una chimenea con fuego vivo y caliente. Mientras camina hacia él, usted siente mucho frío. Extiende sus manos hacia el fuego y las frota enérgicamente durante los dos segundos que tarda en pasar más allá del resplandor y el calor. Cuando llega al otro lado de la sala, cae en cuenta: Todavía tengo frío. ¿Qué le pasa? ¿Hay algo mal dentro de usted?…No, el problema no es usted; es su método. Usted no se quedó cerca del fuego. Si quiere calentarse, tiene que permanecer cerca del fuego hasta que le caliente [el cuerpo.]…El no permanecer es la razón por la que muchos no recuerdan o no logran calentar su corazón cerca del fuego de la Palabra de Dios”. (Página 54)
Cómo meditar en las Escrituras
Whitney recomienda 17 métodos de meditación en las escrituras. Todos son útiles, pero algunos van a ayudarles más que otros. Yo sugiero las siguientes dos formas de meditar.
El patrón de oración:
- Adoración: ¿Cómo me ayuda este pasaje a alabar a Dios por su carácter y sus obras?
- Confesión: ¿Cuáles pecados necesito confesar que relatan en este texto?
- Acción de Gracias: ¿Por cuáles cosas mencionadas en este texto puedo dar gracias al Señor?
- Suplicas/Peticiones: ¿Cómo necesito que Dios me ayude a obedecer y creer esta verdad completamente?
También recomiendo que sigan el patrón de la teología bíblica:
- Creación: ¿Cómo apunta este pasaje a la buena creación de Dios?
- Caída: ¿Qué dice este pasaje sobre mi pecaminosidad y el pecado en todo ser humano?
- Cristo: ¿Cómo apunta este pasaje a la persona y la obra de Cristo?
- Consumación: ¿Cómo puede este pasaje avivar mi corazón a anhelar más el reino perfecto de Cristo?
Usando uno de estos métodos te ayudará a masticar la verdad de la Biblia en pedazos digeribles no sólo para alimentar tu alma, también para recordar la verdad de las Escrituras firmemente en tu memoria.
Una Última Exhortación
Whitney: “Lea menos (si es necesario) para meditar más…Si no puede ampliar su horario para meditar en la lectura bíblica, lea menos para tener un poco de tiempo tranquilo para la meditación.” (75-76)
Estoy de acuerdo. La meditación en la Biblia es una clave descuidada para la transformación espiritual. Cristiano, disciplínate a meditar en la Palabra de Dios y encontrarás un gran tesoro espiritual, gozo divino, y la bendición de Dios (Salmo 1; Salmo 19:10).
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