La mayoría de los cristianos estarían de acuerdo en que quieren memorizar más de las Escrituras. Pero para muchos, memorizar las Escrituras se queda allí, sólo como un pensamiento. Es más difícil traducir ese pensamiento en realidad cuando tal vez no tengas la habilidad natural de memorizar , quizás sientes demasiado ocupado, o recuerdas intentos pasados de memorización que fueron inútiles.
Recientemente, decidí con mi grupo pequeño de cinco hombres memorizar el libro de Efesios al ritmo de un versículo por semana (duró dos años para memorizar el libro entero). Esta experiencia ha demostrado ser revolucionaria.
Había memorizado pasajes cortos de las Escrituras antes, pero esta fue mi primera inmersión en una porción extensa, una experiencia que me ha resultado difícil, pero que me cambió la vida. Cada semana recitamos una porción extendida, discutimos el versículo o pasaje (o leemos de un comentario) y nos alentamos mutuamente a seguir adelante.
Andy Davis, el pastor que escribió el libro sobre la memorización de pasajes extensos de las Escrituras (yo seguí su sistema de memorización), recomienda comenzar en Efesios, porque “me gusta instar a las personas a comenzar con algo relativamente corto que realmente atrape los afectos de su corazón. Si no tienen preferencia, les señalo a Efesios, porque es manejable y tan increíblemente rico por tan poco tiempo”. El consejo de Davis demostró ser muy sabio.
Disfruta de las riquezas del Evangelio
Efesios es un libro extraordinario, y la elección de memorizar el libro ha resultado notablemente transformador para nosotros. Si tuviera que usar una palabra para describir a Efesios, elegiría una palabra que se repite varias veces: riquezas.
En Efesios, Pablo revela muchas verdades gloriosas del evangelio que alguna vez estuvieron ocultas antes de que el tiempo comenzara. Considere la exclamación alegre de alabanza de Pablo en Efesios 1: 3-14 por ejemplo. Pablo no para de alabar al Dios Triuno mientras camina a través de muchas bendiciones espirituales en Cristo, incluida la eterna y amorosa predestinación, la adopción, el perdón y nuestra herencia futura. Este es un pasaje que he leído y oído predicado innumerables veces (incluso mis propias predicas), pero el ejercicio de memorizar y meditar día tras día durante meses hizo que mi alma viera el pasaje con nuevos ojos.
Sentí que si la historia de la redención de la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis fuera un DVD, Efesios 1:3-14 sería la entrevista detrás de escena con el director y el Creador del universo describiendo sus intenciones eternas para su creación y para mi vida. Él me amó tanto que planeó elegirme desde antes que el tiempo comenzara para ser una parte santa de su familia. Esta elección resultó costosa, pero el derramar la sangre de Su Hijo para nuestra redención también se planeó desde antes de que el tiempo comenzara, y todo esto es para que vivamos “para alabanza de Su gloria”.
Una respuesta natural al probar tales riquezas es desear una mayor experiencia y comprensión de estas gloriosas verdades, y eso es exactamente por lo que Pablo ora en Efesios 1:15-23, donde Pablo responde a las gloriosas verdades de Efesios 1:3-14, pidiendo ojos iluminados y un conocimiento más profundo de nuestra esperanza en Cristo (18), las riquezas del amor de Dios por nosotros (o como Pablo lo pone en el versículo 18, “cuales son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”), y el poder extraordinario de Dios hacia nosotros los que creemos (19).
Esta oración de Pablo que resuena en mi mente y mi corazón me ha ayudado a adorar y crecer en humildad. Honestamente puedo decir que Dios ha contestado esas oraciones en mi vida y sigue contestando. El evangelio es más precioso para mí debido a todos esos momentos sentado en el sofá o en el automóvil ensayando el versículo de la semana y convirtiéndolo en mi oración.
Ahora entiendo más de la extravagante sabiduría del amor de Dios expresada en la carta de Pablo a los Efesios, y esto nunca hubiera sucedido si no me hubiera dedicado a memorizar este pasaje. Y eso no hubiera sucedido si no me hubiese comprometido a memorizar en grupo. Puedo hablar una hora más de lo que Efesios me enseñó sobre el evangelio y cómo vivirlo en la iglesia, en el hogar y en el trabajo, pero terminaré describiendo la razón por la que la memorización en grupos es tan útil.
Tienes las palabras de la vida eterna
Al igual que los corredores de larga distancia que corren en manadas, es útil tener a otros corriendo a su lado para lograr metas más grandes que a menudo se quedan en el camino cuando la motivación disminuye o la perseverancia se hace más difícil. Un elemento clave para memorizar juntos es la responsabilidad incorporada y la presión positiva de los compañeros de no querer ser “el flojo” del grupo.
Al repasar estos dos años y compartir los frutos y las dificultades de la memorización, compartimos una cosa en común: somos personas cambiadas.
Sí, hubo semanas en las que me quedé atrás, quise dejar de memorizar, o no bebí profundamente del pozo de la verdad con tanta riqueza. Pero al igual que los efectos de una lluvia prolongada, mi alma ha cosechado los beneficios de la meditación: dar fruto en su temporada, permanecer fuerte a través de la adversidad, y prosperar espiritualmente (vea Salmo 1:1-3).
Si está pensando en memorizar grandes porciones de las Escrituras o incluso un libro completo, ¡hágalo! Sí, sacrificará y trabajará arduamente, pero Dios usará tus esfuerzos y te bendecirá profundamente al profundizar tu fe y experiencia en él.
“Toda carne es como la hierba, y toda su gloria como la flor de la hierba. Secase la hierba, caese la flor, pero la palabra del Señor permanece para siempre.” 1 Pedro 1:24–25
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