Elegirías a Dios sobre la fama y la fortuna instantánea? Eso es lo que hizo Burk Parsons[1].
Durante los primeros años de los noventas, Burk tuvo la mejor propuesta de su vida: Ser una estrella en el mundo de la música, con una banda de chicos destinada a la grandeza y la riqueza, una banda que eventualmente se convertiría en los Backstreet Boys. Pero él lo rechazó. Esta es su historia.
Los padres de Burk Parsons se divorciaron en su adolescencia. Este importante evento en su vida le hizo pensar mucho sobre quién era Dios y quién era él. Influenciado por el divorcio de sus padres, Burk llegó a conocer a Cristo y a sentir el llamado al ministerio. Buck dijo sobre el divorcio de sus padres: “Dios usó el divorcio de mis padres para obligarme a depender solo en Él.”
El abuelo de Burk era un líder de big band en los años 40 y su madre también pasó un tiempo en la industria del entretenimiento. El padre de Burk soñaba con que su hijo asistiera a la facultad de derecho e impactara al mundo como abogado o como político. Su madre soñaba con un futuro en el estrellato en el mundo del entretenimiento. A medida que su historia continúa, Dios tenía mejores planes para Burk.
El ministerio o la fama
Un evento que dio forma a la vida de Burk fue la pérdida de su padre por cáncer. A pesar de los grandes dolores en su vida, el padre de Burk finalmente volvió a la fe que rechazó cuando era niño y también como adulto. Dios usó su influencia para atraer a Burk a sí mismo y profundizar su pasión por Cristo. Día a día crecía su pasión por las Escrituras, hasta que esto le llevó a confesar a su padre su deseo ferviente de servir en el ministerio pastoral.
Burk creció en Cristo durante su adolescencia, pero el enemigo estaba trabajando para distraerlo de su llamado al ministerio. Los placeres de la escuela secundaria y los pequeños roles en la industria del entretenimiento lo distrajeron de cumplir con su llamado.
Después de estar conectado con Lou Pearlman, el hombre en el negocio de la música encargado de los Backstreet Boys, a través de su agente, Parsons fue a una audición y fue aceptado para estar en una nueva banda de jóvenes que prometían ser “los próximos Beatles.”
Esto parecía ser perfecto en el momento perfecto para el joven Burk, ya que podía usar sus ganancias para ayudar a su familia, que estaba pasando dificultades económicas y pagar los tratamientos médicos que su hermana anémica necesitaba. Todo encajaba perfectamente en su mente.
Inquietud en su corazón
Era el año 1993, y durante varios meses Burk trabajó junto con un grupo de jóvenes que eventualmente se convertirían en The Backstreet Boys. Si bien disfrutó del grupo al principio, estaba muy inquieto e inseguro de cómo esta nueva oportunidad se podría unir con su llamado.
Muchos cristianos trataron de animarlo a aprovechar la oportunidad diciéndole: “¡es una puerta abierta del Señor!” o “¡Qué buena oportunidad de servir al Señor en ese ámbito!” Y en un sentido, parecía que tuvieran la razón y buenas intencionadas. Él les creyó por un tiempo.
Burk tenía sus reservas sobre el grupo. No le gustaba la música pop ni el baile, y su madre se inquietaba con eso. Una charla con el director de su escuela cristiana hizo que Burk llegara al punto de dudar continuar con la banda. Él le dijo: “No puedes servir a Dios y al mundo al mismo tiempo.”
Esas palabras hicieron eco en la cabeza de Burk y comenzó a luchar con las siguientes preguntas:
Honestamente ¿Cómo podría servir a nuestro Señor cantando música llena de lujuria y sacudiendo mi cuerpo para las adolescentes jóvenes que podrían ser mis hermanas menores? … ¿dónde tendría la oportunidad de hablar sobre la fe y mi conversión a Cristo cuando incluso nuestras historias de vida se reescribieron e incluso se ocultaron? … ¿cómo podría permanecer fiel a lo que le dije a mi difunto padre acerca de mi llamado al ministerio pastoral si persigo una vida en el mundo del espectáculo, una vida en la que él no hubiera estado de acuerdo?
A pocas semanas de firmar su contrato para hacer oficial su membresía en el grupo de los Backstreet Boys, Burk decidió que no podía continuar. Esto no le cayó bien a Lou Pearlman, el mánager del grupo.
Esto fue el final de su carrera artística. Burk tomó la difícil decisión y sin importar si a Lou le gustaba o no, siguió adelante, les dijo adiós a los sueños de hacerse rico y famoso con los Backstreet Boys.
La última oportunidad
Hacía el año de 1995, dos años se fueron rápidos, mientras tanto Burk crecía y Dios lo usaba en el ministerio, de maneras emocionantes desde que cortó lazos con los Backstreet Boys. Parecía que la decisión que Burk había tomado había sido la correcta.
Hasta que un día Burk recibió una llamada de Lou con otra oportunidad increíble:
“Burk, te voy a dar otra oportunidad. Estoy empezando un nuevo grupo llamado ‘N Sync y será mejor y más exitoso que los Backstreet Boys. Ahora sabemos exactamente qué hacer y cómo crear una banda que alcance una popularidad instantánea … Quiero que seas el primer miembro de este grupo … Dentro de un par de años, serás multimillonario.”
Esta llamada fue una sorpresa para Burk, y volvió a hacerse las viejas preguntas con las que luchó anteriormente: ¿cómo puedo servir a Dios y al mundo? ¿Dios y la fama? ¿Dios y el dinero?
Después de pensarlo durante una semana, Burk llegó a la misma respuesta simple que decidió dos años antes: “No puedo aceptarlo.”
Esta decisión fue confirmada después de observar a un hombre solitario y relativamente desesperado en el cine. Burk sintió en su corazón que Dios le decía que ministrara a personas como él, y que no solo los pudiera entretener descuidando los asuntos más importantes de su vida que el evangelio aborda. Al día siguiente, Burk llamó a Lou y le expresó su decisión.
En el año siguiente, la banda ‘N Sync debutó y eventualmente vendió millones de discos, y cada miembro se hizo rico.
Confirmación de su llamado
Es fácil ver en retrospectiva y juzgar el pasado, como en la historia de Burk.
Algunos podrían argumentar que Burk podría haber llegado a la industria del entretenimiento y haber sido una influencia para Cristo, lo que podría haber sido cierto. Pero si Dios realmente lo alejó de ese estilo de vida fue para servirlo de una manera diferente, confirmando su llamado al ministerio.
En el 2000, cinco años después del segundo rechazo de la oferta de Lou, Burk se encontró con Lou y varios de sus managers en un restaurante. Muchos de los managers de Lou escucharon atentamente la conversación entre Burk y Lou, deseando saber por qué desperdició la oportunidad de su vida, ¡dos veces!
Burk compartió su historia y su llamado al ministerio en medio de algunas risas. En ese momento Dios confirmó abrumadoramente su llamado. Uno de los hombres de Lou incluso confesó cómo una vez tuvo deseos de servir en el ministerio, pero eligió otro camino.
Burk compartió sus pensamientos:
La pregunta a la que muchos cristianos aún no han encontrado respuesta en sí mismos ni tampoco en sus héroes que sirven al demonio del mundo es esta: si nuestro Dios es un Dios santo que nos ordena desde el Nuevo Testamento a estar en medio del mundo para brillar como una luz en medio de las tinieblas para proclamar vida, libertad que es Jesucristo en ese mundo, ¿cómo podemos servir a Dios y al mundo, a Dios y a la fama, a Dios y al dinero, a Dios y a uno mismo? No olvides que Dios no necesita que tengamos una gran audiencia para que miles o millones de personas puedan querernos o para que puedan llegar a seguirlo. Jesús tuvo un grupo pequeño y no les ordenó ganar la atención del mundo imitando al mundo. Él nos dijo que su reino es todo lo contrario, y que el Evangelio es lo que salva, no nuestra buena apariencia, talento o fama.
Muchos de los miembros de Backstreet Boys y ‘N Sync terminaron en centros de rehabilitación por las drogas o alcohol y fueron crudamente exhibidos en portadas de revistas. Los Backstreet Boys demandaron en varias ocasiones a Lou Pearlman, quien ha estado en la cárcel por fraude, malversación de fondos y varios otros delitos.
Servicio y aprendizaje en Ministerios Ligonier
En medio del drama de la banda de chicos y su crecimiento cristiano, Dios usó a varios maestros de la Biblia en la vida de Burk para desafiarlo. Uno de ellos fue R.C. Sproul, fundador de los Ministerios Ligonier y autor de los libros clásicos La Santidad de Dios (ve los videos gratis) y Cómo Estudiar e Interpretar La Biblia.
Burk conoció el ministerio del Dr. Sproul en 1994 y comenzó a trabajar para los Ministerios Ligonier como estudiante de seminario en 1999, haciendo llamadas para su departamento de desarrollo. En sus días de estudiante en Ligonier, el Señor hizo crecer a Burk en su llamado y desarrolló relaciones importantes que pronto lo llevarían a su papel actual en el personal de R.C. Sproul en la Iglesia de St. Andrews. El Dr. Sproul incluso seleccionó a Burk como el próximo en ocupar el púlpito en St. Andrews cuando partió con el Señor.
Actualmente Burk es el co-pastor de la Iglesia St. Andrews y el editor de la revista mensual de Ligonier Ministries, TableTalk, sigue creyendo firmemente que su llamado es: “… ante todo servir al rebaño de Dios como pastor para equipar al pueblo de Dios para el ministerio. Esa es mi vocación y mi más sincero deleite.”
La vida de Burk es un gran testimonio de las palabras de nuestro Señor Jesús, con las cuales cerraré:
“Porque el que quiera salvar su vida[a], la perderá; pero el que pierda su vida[b] por causa de mí y del evangelio, la salvará.“ Marcos 8:35
[1] Este artículo comparte parte de la historia de Burk Parsons. Mucha de la información en este artículo viene de una entrevista que hizo con Tim Challies y este artículo de RTS. Todas las citas en el artículo son de la entrevista con Challies, y las fotos son usadas con amable permiso de RTS.