Querido Padre celestial,
Hay una gran diferencia en decir: “No necesito nada” porque estoy contento en Ti y porque no siento necesidad de Ti. Es muy fácil caer en la autodependencia, la falta de oración, y el orgullo cuando las cosas parecen ir bien y disfruto de una gran cantidad de bendiciones materiales de Tu mano. En esos momentos, sutilmente pienso: “Mira lo que he hecho” en lugar de “Mira lo que has hecho por mí”. Perdóname, Señor.
Ayúdame a tener celo por Ti y arrepentirme de mi autosuficiencia, orgullo e incredulidad. Evita que las bendiciones que me has dado sean mi alegría y mi enfoque, y aumenta mi gratitud en Ti mientras disfruto de Tus bendiciones. No quiero que mi fe (o la falta de ella) haga que Jesús se enferme del estómago porque no tengo ni frío ni calor. No quiero pensar que soy espiritualmente fuerte cuando en realidad soy débil.
Confieso que mi atención se dirige a distracciones temporales como las redes sociales o el ciclo de noticias aquí en la tierra. Recuérdame cuánto Te necesito cada hora y cómo el hombre no vive sólo de pan sino de cada palabra que sale de Tu boca. Guárdame de la búsqueda de una vida cómoda y dame celo para buscarte a Ti y a Tu reino primero. Pon mi mente en las cosas de arriba y haz que anhele más comunión contigo.
Padre, Te alabo por Tu amorosa reprensión y disciplina. Me has dado tanto en Cristo, y Te pido que me devuelvas el gozo de Tu salvación. Cambia mi mentalidad de “no necesito nada” a una mentalidad dependiente del Espíritu en todas las cosas, para atesorar más Tu Palabra y que produzca más fruto para Tu gloria.
En el nombre de Jesús, amén.
Pasajes relacionados: Apocalipsis 3:14–22; Deuteronomio 8
Lee más sobre la oración en el libro nuevo Cuando orar es una lucha: Una guía práctica para superar los obstáculos en la oración.