Vivimos en una era distraída y está cambiando la forma en que vivimos e interactuamos.
Cada uno de nosotros tendrá que rendir cuentas a Dios por el tiempo que pasamos en la tierra, un hecho que debería causar temor. Esa es una razón por la que aprecio el hábito recomendado por Justin Whitmel Earley de evitar distracciones como un acto de adoración en su artículo 5 hábitos para practicar la presencia de Dios en el trabajo. Vale la pena leer, al igual que su libro The Common Rule: Habits of Purpose in an Era of Distraction. Esto es lo que dice Earley sobre evitar la distracción como adoración espiritual:
Es fundamental que la iglesia moderna entienda nuestra era de distracciones como una amenaza espiritual inminente. No necesitamos tener miedo, pero sí saber a qué nos enfrentamos.
Evidentemente, la distracción tecnológica es una amenaza al objetivo de trabajar con excelencia como para el Señor (Col. 3:23-24), y esa debería ser razón suficiente, ya que estamos llamados a trabajar de tal modo que otros glorifiquen a Dios (Mt. 5:16). Pero también debes entender que es una amenaza a otro objetivo central de tu trabajo: amar a Dios y a tu prójimo a través de este.
La distracción nos impide trabajar en amor y nos lleva a trabajar adormecidos, ausentes, o irritados. Tu teléfono, Gmail, mensajes de texto, y notificaciones de redes sociales no solo reducen tu productividad, también reducen tu capacidad de mantener tu atención y quiebran tu presencia. Es imposible amar completamente a las personas sin mantener nuestra atención y nuestra presencia, entonces ¿por qué creemos que podemos amar a Dios y a nuestro prójimo a través de nuestro trabajo sin estas capacidades? Ya es difícil entender cómo cambiar pañales, hacer hojas de cálculo, o vender productos se relacionan con amar al prójimo, pero es casi imposible cuando las distracciones nos adormecen durante la jornada laboral.
Muchos hábitos pueden ser de ayuda. Recomiendo mantener tu teléfono en otro lugar mientras trabajas, o si lo necesitas para trabajar (como a menudo me pasa) modifica sin piedad la configuración de las notificaciones que recibes para priorizar tu trabajo y protegerte de las distracciones. Cada persona tendrá que personalizar este hábito de acuerdo a su trabajo, pero nadie debería ignorarlo. Es uno de los medios más importantes para dar lugar a experimentar la presencia de Dios en nuestro trabajo.
Estoy agradecido de que Dios haya trabajado en mi corazón en lo que respecta a la distracción. Sí, todavía es una batalla continua en nuestra era impulsada por la tecnología, pero es una batalla que se puede ganar con la ayuda del Espíritu Santo.
Mi ánimo para ti es que hagas un inventario de quince minutos de lo que te distrae y cómo puedes combatir la distracción. He encontrado un gran beneficio al eliminar las aplicaciones que distraen de mi teléfono, no usar mi teléfono para las redes sociales o navegar el Internet, y dejar mi teléfono a un lado después del día de trabajo para poder concentrarme en mi esposa e hija. También recomiendo la aplicación para computadoras SelfControl para bloquear los sitios que distraen cuando es el momento de concentrarse. También uso una extensión para Chrome que se llama Limit.
Sí, estos métodos me ayudan a hacer más, pero lo más importante es que me ayudan a hacer mi trabajo para Dios y el beneficio de los demás.
¿Qué podrías hacer para frenar la distracción y profundizar tu concentración? ¿Cómo puedes luchar contra la distracción para tener relaciones más profundas? Estas son preguntas que todos debemos responder.
¡Hagamos el trabajo duro y pensemos en nuestras distracciones ahora en lugar de pagar el precio más tarde!