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Anclado en Cristo

Ideas y Recursos para la Iglesia

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kevin

Justin Burkholder sobre su ayuno de las redes sociales

22/01/2021 by kevin

Justin Burkholder, el pastor de Iglesia Reforma en la Ciudad de Guatemala y autor de Sobre la Roca: Un modelo para iglesias que plantan iglesias, escribió un artículo llamado “9 lecciones aprendidas en mi ayuno de las redes sociales.” Si usas mucho las redes sociales, recomiendo que leas el artículo con un espíritu de humildad y de oración. He pensado mucho las ultimas semanas sobre mi uso de las redes sociales y el artículo me ayudó a usarlas más sabiamente (que para mí significa no usarlas mucho).

Burkholder comparte en la introducción:

Las redes sociales nos han vendido una mentira descarada: “¿Quieres estar conectado con los demás y estar informado de lo más relevante e importante? Entonces tienes que estar en las redes… y mucho”. En este momento hay personas evaluando su relación con las redes, y muchos sienten la presión implícita de que si dejan las redes serán olvidados, ignorados, o se volverán irrelevantes.

Quise tomar este tiempo fuera de las redes no porque no supiera algunas de las lecciones mencionadas abajo, sino porque dudaba de mi capacidad objetiva de evaluarlas. Queramos o no, las redes sociales nos afectan. Influyen en nosotros aún a nivel neurológico. Eso significa que para poder evaluar honestamente mi relación con ellas tenía que “limpiar” su influencia en mi sistema. Igual que alguien adicto a sustancias, podemos creer que estamos pensando “claramente” cuando en realidad siguen habiendo secuelas del uso de tales sustancias.

Y explica estas 9 lecciones:

1. Tu atención es tu recurso más valioso
2. Cada palabra cuenta
3. La fuente de la afirmación es importante
4. No toda la información es relevante
5. Las personas son mucho más que sus publicaciones
6. En persona celebramos mejor
7. No todos son tus “amigos”
8. Hay más formas de aprovechar el tiempo libre
9. La comunicación pierde eficacia sin contexto

Lee el artículo entero aquí.


[No se olviden de mi librito El Cristiano y Las Redes Sociales: 15 Preguntas Para Seguir Mejor a Jesús en el Mundo Digital.]

Filed Under: Redes Sociales y Tecnología

eBook gratis: La Oración (Recursos Coalición)

16/01/2021 by kevin

Coalición por el Evangelio y Poiema Publicaciones publicaron gratis el ebook La Oración, con capítulos escritos por Ana Ávila, Joe Carter, Michel Galeano, Liliana Llambés, Jeanine Martinez, Miguel Martinez, Leo Meyer, Sugel Michelen, Gerson Morey, y yo.

Doy gracias a Dios y a Coalición por el Evangelio por la oportunidad de participar y espero que sea una bendición a tu vida.

Descargarlo aquí

Si quieres leer más sobre la oración, mi libro When Prayer Is a Struggle (P&R Publishing) sale en inglés en Agosto 2021. Mi oración es que salga en español un día también.

Filed Under: Recursos Tagged With: Coalición por el Evangelio, Oración

Los 7 “Yo Soy” Declaraciones de Jesús: Su Trasfondo Desde el AT y Significado en el NT

21/12/2020 by kevin

El Pastor Dustin Crowe escribió este artículo y me dio permiso de publicarlo en español.


El propósito de Juan al escribir el evangelio: “Estos se escribieron para que creas que Jesús es el Cristo” (Juan 20:31).  

El trasfondo de Juan para su libro: “El marco para la comprensión de Jesús de su propia misión está moldeado por las Escrituras…” (D. A. Carson)

Las dos preguntas de Juan para que el lector debata:

  1. ¿Quién es Jesús?
  2. ¿Qué hago con sus palabras / enseñanzas?

Yo Soy

Trasfondo del A T: Éxodo 3:1-20, especialmente los versículos 13-18. (Véase Isaías 41:4; 43:10-13.)

Cumplimiento del NT: Juan 6:20; 8:24, 28, 58; 18:5.

Sinopsis: Cuando Dios se llama a sí mismo el “Yo Soy” en Éxodo 3, es un momento crucial en la historia de la redención. Dios se revela a Su pueblo, viene a redimirlos del exilio para llevarlos a una nueva vida. El nombre de Dios revela quién es y cómo es. Él es el “Yo Soy”, el Eterno, Inmutable, Auto existente, Infinito y Glorioso en todos los sentidos, y más allá de todas las cosas creadas. Es Dios.

Cuando Jesús se aplica el título “Yo Soy” a sí mismo, afirma ser Dios (Juan 8:58). No un ayudante de Dios o un gran maestro, sino el Ser Divino, Eterno, Preexistente, Infinito y Perfecto. Es el Dios de Israel. Es mucho más grande que Moisés porque es el Dios de Moisés. Tiene vida en sí mismo y puede darnos vida. Los judíos sabían que asumir este título estaban haciendo tal afirmación, por lo que inmediatamente recogieron piedras para matarlo (8:59).

La mejor manera de entender las siete declaraciones de “Yo Soy” en el libro de Juan es que están sujetas y hacen eco de la afirmación inicial y definitiva de Jesús. Él es Dios y es el Dios de Israel. Todos los actos redentores del Antiguo Testamento y de Dios apuntaban a la venida de Jesús como el Dios encarnado, el verdadero y mejor Israel, y el cumplimiento de todos los tipos y sombras del Antiguo Testamento.

1) Yo Soy el Pan de Vida

Antecedentes del AT: Éxodo 16; Deuteronomio 8:3; Salmos 78:23-25.

Cumplimiento del NT: Juan 6:22-59, especialmente los versículos 28-35.

Sinopsis: Jesús entabla un diálogo con los judíos que lo habían seguido a causa de sus milagros, incluyendo la reciente alimentación de los 5.000, sin embargo, ellos no vieron la realidad delante de ellos (Él es el Mesías Divino). Esta aseveración es más importante que resolver su necesidad física de alimento a través del pan, Jesús se ofrece a sí mismo como el Pan de Vida para satisfacer los anhelos más profundos y la necesidad eterna.

Hay más en el pan de Dios que el pan mismo (Éxodo 16). No es un pan terrenal sino un pan celestial. Viene de arriba, de Dios, y desciende a nosotros sólo por su gracia y bondad. Necesitamos algo más que pan físico y lo necesitamos de alguien que no sea nosotros mismos. Dios proveerá lo que más necesitamos y debemos levantar los ojos con fe.

Jesús toma este trasfondo del Antiguo Testamento del pan para el pueblo de Dios y afirma ser el Pan de Vida. Explica que el pan en el desierto del Éxodo era solo una provisión temporal, y que apunta a un pan verdadero y eterno del cielo que Dios más tarde daría. Este pan está ahora ante los judíos. El maná representa a Jesús, quien es enviado por Dios, desciende del cielo, debe ser tomado por fe, quién debe ser comido/absorbido por completo, y quién da vida.

2) Yo Soy la Luz del Mundo

Trasfondo del AT: Éxodo 13:17-22 (véase Éxodo 14:19-20); Isaías 42:6 y 49:6 (ambos versículos están en los cuatro Cantos del Siervo de Isaías).

Cumplimiento del NT: Juan 8:12-30. Vea también Juan 1:4-5; 3:19-21; 9:5; 12:35-36.

Sinopsis: La luz es uno de los temas más destacados del Evangelio de Juan. El mundo está perdido y sin esperanza en la oscuridad (Juan 1:4-14). La oscuridad no puede cambiar su condición. La luz debe entrar y ocupar todo. Uno no puede ver ni guiar a otros en la oscuridad, por lo que la luz es necesaria para guiarnos y poder caminar hacia adelante. Juan recoge la luz de una rica herencia del Antiguo Testamento y muestra cómo Jesús es la luz.

Basado en el hecho de que en Juan 8:12 Jesús vincula la idea de ser la luz con su pueblo que lo sigue en la luz, el trasfondo del AT más probable en mente aquí es la luz de la presencia de Dios guiando a Israel en el desierto a través del pilar de fuego (Éxodo 13-14). Así como los israelitas fueron guiados por la columna de fuego (luz) en el éxodo y se salvaron de los egipcios cuando cruzaron el Mar Rojo, así también Jesús dice que aquellos que lo sigan (luz) tendrán vida.

Un trasfondo secundario del AT de la imagen de la luz se encuentra en Isaías 42:6 y 49:6. Esta luz tiene que ver con la salvación de las naciones, y probablemente sea la referencia principal en otros pasajes como Juan 12:35-36, 46.

3) Yo Soy la Puerta (o Portón) y 4) Yo Soy el Buen Pastor

Trasfondo del AT: Salmos 118:20 (puertas = puerta); Ezequiel 34 y Jeremías 23 (véase Isaías 40:11; Números 27:15-18; Miqueas 5:4).

Cumplimiento del NT: Juan 10:1-18

Sinopsis: En Juan 10:1-18, Jesús repite dos veces juntas “Yo Soy”. Afirma que Él es tanto la puerta por la que entran las ovejas como el Pastor que conoce a las ovejas y da su vida por ellas. La metáfora de la puerta no tiene el rico trasfondo del Antiguo Testamento como las imágenes de pastoreo. Pero, Jesús es tanto el único camino (puerta) que una persona entra en el pueblo de Dios como el que da su vida por la vida de las ovejas, a quienes conoce y protege. Él es quien reúne a las ovejas y las cuida (pastor) y también es el medio por el cual entran y se mantienen a salvo (puerta).

Debemos recordar que Jesús está hablando con los fariseos en esta conversación. Las afirmaciones de ser un buen pastor y el verdadero pastor de Israel fue (en parte) una reprimenda contra ellos. Como maestros influyentes en Israel, deberían haber llevado al pueblo a la verdad. Deberían haber puesto a la gente antes que a sí mismos. Deben servir a la agenda de Dios en lugar de la suya propia. Pero los fariseos son como los malos pastores en Ezequiel 34 y Jeremías 23, descarriándolos a través de falsas doctrinas, priorizándose sobre las ovejas y abusando de ellas. A través de esta metáfora, Jesús inmediatamente agrupa a los fariseos en el campo de los falsos profetas y malos pastores del Antiguo Testamento mientras afirma ser el verdadero y buen pastor que prometían los mismos pasajes del Antiguo Testamento (Ezequiel 34:11-16, 22-24; Jeremías 23:3-4).

Jesús no viene para amontonar cargas, sino para aliviarlas y llevarlas Él mismo. Jesús no viene a esparcir las ovejas, sino a recogerlas. Jesús no viene a devorar a las ovejas sino a defenderlas. Jesús viene a buscar, rescatar, sanar y alimentar a las ovejas. Lo hará porque ama a las ovejas y le pertenecen. Esto se prueba y se logra al dar su vida por sus ovejas.

5) Yo Soy la Resurrección y la Vida

Antecedentes del AT: Génesis 1-3; Isaías 53:10

Cumplimiento del NT: Juan 11:17-27

Sinopsis: Al igual que en otras declaraciones del Yo Soy, Jesús no solo habla de lo que puede hacer o dar, sino de quién es. No solo da pan (como Moisés) sino que es el pan. No se limita a reflejar la luz; Él es la luz. Así también, en Juan 11, Jesús dice que Yo Soy la Resurrección y la Vida.

El trasfondo del AT no es tan claro aquí como otras declaraciones, pero la mayoría de los comentaristas creen que Génesis 1-3 está parcialmente a la vista. Dios es el Creador y Dador de vida, dando vida a la creación y dando vida a Adán. Sin embargo, el primer Adán eligió el pecado que provocó la muerte de la humanidad y el quebrantamiento de la creación. Jesús viene como el segundo Adán, justo y sin mancha en todos sus caminos, viene para deshacer lo que hizo Adán y revertir la maldición (Rom. 5:12-21; 1 Cor. 15). Donde Adán provocó la muerte y la decadencia, Jesús da vida y restauración. Él proporciona no solo resurrección y vida a las personas que creen en él, sino al mundo entero.

Si bien muchos de los judíos querían cosas de Jesús sin tener que recibir y creer en Jesús, la oferta de Jesús es lo mismo. No da pan y permite que la gente rechace la sumisión y la fe en Él, ni ofrece dar vida aparte de esa vida que se encuentra en Él. Estos son regalos gratuitos y llenos de gracia, y vienen solo en Jesús y a través de Él. Él es la Resurrección y la Vida. Él es el segundo Adán, trayendo resurrección y vida donde el primer Adán nos ofreció solo la muerte.

6) Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida

Antecedentes del AT: Éxodo 26:33; Levítico 16

Cumplimiento del NT: Juan 14:6

Sinopsis: Es probable que Jesús esté aquí contrastando a sí mismo con las muchas formas en el Antiguo Testamento que Dios prescribió sobre cómo los judíos podrían acercarse y relacionarse con él. Los sistemas de los sacrificios, el templo, la cortina, el tabernáculo y otros medios de adoración eran “caminos” temporales hacia Dios. Como aclara el NT, estas cosas en sí mismas no limpian ni hacen que las personas sean aceptables para Dios, pero eran una vía por la cual el pueblo de Dios podía caminar en fe y seguirlo (ver Hebreos 8-9).

Jesús se contrasta a sí mismo con cualquier cosa antes de Él que pensaron que los condujo al Padre. Él es el único que abre el camino al Padre, pero también es al mismo tiempo la plena revelación del Padre (la verdad). Jesús les está diciendo que no hay otro lugar donde mirar; en ninguna parte necesita buscar o puede buscar para encontrar el verdadero camino hacia Dios. Ofrece lo que Israel buscaba y necesitaba, y reemplaza todas las cosas anteriores establecidas como medios temporales por los cuales el hombre se relaciona con Dios. Todos estos lo señalaron y lograron cosas limitadas (como solo hacer a las personas ceremonialmente limpias, pero no verdaderamente limpias), y ahora Él está aquí y puede lograr la salvación y la redención por completo.

7) Yo Soy la Vid Verdadera

Trasfondo del AT: Dos cánticos de la viña: Isaías 5:1-7 (la viña desolada) e Isaías 27:2-6 (la viña fructífera).

Cumplimiento del NT: Juan 15:1-6

Sinopsis: Aquí, en la última declaración de Yo Soy, Jesús habla de una vid, un símbolo común del Antiguo Testamento para Israel (el pueblo de Dios). El lenguaje de las ramas sin fruto está ligado a Israel como la viña desolada en Isaías 5, pero Jesús dice que el pueblo de Dios tiene vida y fruto ahora por estar en Él, como se muestra en Isaías 27:2-6. Jesús no está simplemente diciendo que los cristianos son fructíferos al descansar en Él (aunque esto es cierto), sino que está haciendo la afirmación histórica redentora de que Él es el nuevo Israel.

Él cumple el destino de Israel (porque Israel nunca pudo) y es aquel en quien el pueblo de Dios encuentra una vida verdadera, floreciente y fructífera. Él es el verdadero y mejor Israel, triunfando donde fallaron, trayendo vida y frutos florecientes donde se secaron y no ofrecieron nada en la vid.


Sermon Recomendado: Los 7 Yo Soy en el evangelio de Juan | Ps. Eric Michelén

Libro Recomendado: Jesús en el tiempo presente: Las declaraciones ‘YO SOY’ de Cristo por Warren Wiersbe

Filed Under: Biblia y Teología Tagged With: Evangelio de Juan, Jesucristo

Reseña: ¿Qué es la Teología Bíblica? por Dr. James Hamilton

14/12/2020 by kevin

Un profesor de seminario le dijo a nuestra clase que, como predicadores, tenemos la oportunidad no solo de predicar la Palabra de Dios, sino también de ayudar a las personas a comprender cómo se componen sus Biblias y cómo se relacionan cada una de las diversas partes de la Biblia con el todo. Esto no solo alimenta a las ovejas con la Palabra de Dios, sino que también enriquece su lectura personal de la Biblia al tener una comprensión más profunda de sus temas, símbolos e historia.

A lo que se refería es al estudio de la teología bíblica, que puede ayudar a todos los cristianos a comprender la Biblia con mayor profundidad. La teología bíblica examina temas, imágenes y patrones clave que componen el paisaje diverso de la Biblia.

En ¿Qué es la teología bíblica ?: Una guía para la historia, el simbolismo y los patrones de la Biblia, el Dr. James M. Hamilton, profesor de teología bíblica en el Seminario Teológico Bautista del Sur, presenta una breve introducción sobre el tema de la teología bíblica en aproximadamente 130 páginas.

Hamilton presenta el tema de la teología bíblica, examina los principales símbolos de la historia bíblica y concluye con varios capítulos breves que explican el lugar de la iglesia en la gran historia bíblica.

Hamilton explica sus propósitos para el libro en el primer capítulo:

“El mundo tiene una historia real. La Biblia la cuenta. Este libro es sobre la gran historia de la Biblia, y es sobre cómo nos convertimos en personas que viven en esa historia. Ha­cer teología bíblica es pensar en toda la historia de la Biblia. Queremos entender el desarrollo orgánico de la enseñanza de la Biblia para que interpretemos partes particulares de la historia a la luz del todo. Como una bellota crece en un roble, así también, Génesis 3:15 se convierte en la buena noticia de Jesucristo” (página 14)

Disfruté este libro y pensé que Hamilton dio en el blanco de equipar a los lectores para leer el mundo desde la perspectiva de la Biblia y ayudarlos a conocer los conceptos básicos sobre cómo se componen sus Biblias. Me sentí alentado y asombrado por muchos de los ejemplos y conexiones compartidos por Hamilton, y cualquier libro que pueda impulsarte a rendir adoración hace algo verdaderamente especial.

El libro despertó mi apetito por un estudio más profundo y completo de muchos de los temas que presenta, pero a veces parecía apenas rozar la superficie de la teología bíblica. Algunos de los capítulos eran tan breves que pensé que podrían haberse combinado con muchos otros capítulos (algunos capítulos tenían tres páginas).

Este es un libro para personas nuevas en el estudio de la teología bíblica, y los lectores más experimentados encontrarán útil, pero posiblemente quieran más. Aunque dejar a la gente con ganas de más es un inconveniente para algunos, parece ser el propósito de este mismo libro (como lo indica el título), y un propósito que cumple.

Al final del libro, Hamilton ofrece varias recomendaciones de libros para lectura adicional, incluido Estrategia Divina: El desarrollo de la revelación divina en la Biblia por Graeme Goldsworthy, que recomendaría como otra buena introducción. (También recomiendo como introducción El Gran Panorama Divino: La Biblia de Comienzo a Fin por Vaughan Roberts.)

Al final, ¿Qué es la teología bíblica? agrega un título digno a la estantería de teología bíblica que es una cartilla valiosa sobre un tema maravilloso. Me complace recomendarlo a cualquiera que busque comprender los conceptos básicos de la teología bíblica.

Visita Monte Alto Editorial para encontrar más recursos para profundizar en la teología bíblica.

Filed Under: Libros y Reseñas

10 cambios de mentalidad necesarios para luchar contra el pecado

08/12/2020 by kevin

Estoy seguro de que tu batalla contra el pecado es similar a la mía: has tenido altibajos, con diferentes luchas en diferentes estaciones.

A veces te sientes impotente para cambiar tus pensamientos y hábitos pecaminosos que están profundamente arraigados. Otras veces, encontrar una verdad en la Escritura puede resultar un verdadero cambio en tu perspectiva hacia el pecado, y creces.

Crecer en santidad implica sacar la basura del pensamiento equivocado y aprender a pensar con “la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16), llenando nuestras mentes con la verdad que da vida y produce santidad (Juan 17:17). A continuación, comparto diez formas de pensar que debes adoptar para tu lucha por la santidad.

1. Piensa: “Necesito concentrarme en la gracia de Dios” en vez de “Necesito concentrarme en detener mi pecado.”

Si te digo que no pienses en todos tus fracasos pasados, ¿en qué pensarías? Tus fracasos pasados. Nuestro enfoque no debe ser en cómo detener nuestro pecado o nuestros fracasos porque la ley (simplemente saber lo que se debe y no se debe hacer) no tiene poder para liberarnos de la esclavitud del pecado.

Pero la gracia de Cristo sí tiene el poder. La gracia de Dios nos enseña a decir “no” a la impiedad y a las pasiones mundanas y a decir “sí” a vivir una “vida autocontrolada, recta y piadosa” (Tito 2:11-12). En lugar de concentrarte en tu pecado, concéntrate en la belleza y la gracia de Cristo. Después, cuando comiences a pensar en pecar, alégrate de que Cristo te haya liberado de la pena y el poder del pecado (incluso si todavía sientes la atracción de la tentación).

2. Piensa: “Necesito ayuda del pueblo de Dios” en vez de “Puedo hacerlo solo.”

Nuestra cultura idolatra la autonomía personal y aquellos que se abren paso en la carrera de la vida solos. En la gracia de Dios, la vida cristiana no funciona así. Dios nos ha dado su iglesia como una comunidad santa formada por el evangelio. Conocemos mejor a Dios y su amor cuando tenemos comunión unos con otros. Nos llevamos mutuamente hacia una fe y santidad más profunda mientras nos animamos mutuamente, confesamos nuestros pecados, y oramos por los demás (Santiago 5:16). Dios ha dado maestros talentosos y experimentados para edificar el cuerpo de Cristo y conducirnos a la madurez en Cristo (Efesios 4:11-13).

3. Piensa: “Necesito complacer a Dios” en vez de “Necesito sentirme mejor conmigo mismo.

Si tu arrepentimiento implica arrepentirte lo suficiente como para hacerte sentir mejor, no es verdadero arrepentimiento (lee 2 Corintios 7:8-12). El arrepentimiento que honra a Dios desea complacerlo a Él, no solo evitarte los malos sentimientos o las consecuencias. Tratar de sentirte mejor contigo mismo significa que la raíz del pecado con la que luchas permanecerá en la tierra y volverá a surgir en el futuro.

4. Piensa: “Estoy totalmente equipado para obedecer todo el tiempo” en vez de “Es demasiado difícil para mí obedecer.”

Si alguna vez pensaste que vencer los hábitos pecaminosos es imposible, recuerda que no tienes que ser un “Super Cristiano” para vivir en obediencia.

  • En Cristo, Dios te ha equipado con todo lo que necesitas para la vida y la piedad (2 Pedro 1:3). Puedes caminar en la justicia que Dios desea para ti.
  • En Cristo, ninguna tentación es demasiado fuerte para ti (1 Corintios 10:13). Tienes lo necesario en todo tiempo para superar la tentación cuando se te presente.

Este cambio de mentalidad no significa que eres perfecto, pero te recordará el poder de Cristo para vencer la tentación y evitará que pongas excusas.

5. Piensa: “Necesito vivir en obediencia” en vez de “Necesito tener la victoria.”

Este cambio de mente se centra en la terminología. Las palabras que utilizamos son poderosas y moldean sutilmente nuestro pensamiento y expectativas, por lo que debemos enfocarnos en la terminología bíblica.

Cuando describimos nuestra batalla por la santidad como una “victoria” o “derrota”, podríamos pensar que nuestra lucha contra el pecado es algo externo a nosotros; algo que no está bajo nuestro control. Pero la Escritura describe el pecado y la tentación en términos de “obediencia” y “desobediencia”, no “victoria” o “derrota.”

No suavices el peso del pecado contra un Dios santo: Encárgate de tus pecados llamándolos por su nombre: desobediencia.

6. Piensa: “Necesito confesar mi pecado” en vez de “Necesito ocultar mi pecado.”

Nuestra naturaleza pecaminosa quiere ocultar nuestros pecados para evitar la vergüenza de ser descubiertos. Dios quiere lo opuesto: confesión de pecados, algo contrario a nuestra naturaleza pecaminosa. La confesión saca el pecado de la oscuridad a la luz y le quita su poder, trayendo sanidad (Santiago 5:16). En lugar de temer a la confesión, deja que te recuerde la gracia de Dios dada en la cruz. Las personas que realmente odian su pecado, adoran confesarlo, porque la confesión es un canal dado por Dios hacia la restauración (lee Salmos 32:1-2; 1 Juan 1:9).

7. Piensa: “Necesito hacer morir al pecado” en vez de “Solo intentaré alejarme de él.”

“Porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” (Romanos 8:13 LBLA, énfasis mío)

Dar muerte al pecado requiere diligencia; es algo que no sucede por sí solo. Lamentablemente, con tanta frecuencia en nuestras batallas, no buscamos matar el pecado, sino engañarnos a nosotros mismos para pensar que nuestro problema desaparecerá. Esa es una receta para caer en el mismo pecado nuevamente en un momento de debilidad. Las tentaciones fluyen de nuestros deseos, y el simple hecho de evitarlas no las hará desaparecer (Santiago 1:13-14). Esto puede requerir medidas drásticas como abandonar relaciones, cambiar de trabajo, o cambiar cómo usas la tecnología (dependiendo de tus luchas), pero nunca te debes de arrepentir de los sacrificios hechos en la búsqueda por Cristo.

Necesitamos la actitud que John Owen recomendó: “Mata el pecado o el pecado te matará a ti.” Este cambio de mente viene con una advertencia: es imposible cambiar sin el siguiente punto.

8. Piensa: “Vivir por el Espíritu” en vez de “Vivir por la carne.”

No estamos desarmados en nuestra batalla contra el pecado. Dios está activamente trabajando en nosotros, dándonos poder a través de Su Espíritu para luchar contra el pecado y para vivir en rectitud. Esfuérzate por una vida dependiente del Espíritu que contiende contra el pecado y camina en justicia (lee Gálatas 5 y Romanos 8 para más sobre la vida en el Espíritu). Vive en obediencia para que no entristezcas al Espíritu con tu pecado y lo apagues (Efesios 4:30), y así perder la oportunidad de seguir Su guía.

La vida en el Espíritu está incompleta sin la espada del Espíritu, la Biblia (Efesios 6:17). Haz que la Palabra de Dios sea tu deleite, que sea parte de tu dieta diaria y que sea un arma para luchar contra la carne y los dardos del enemigo. Escucha la advertencia de Jerry Bridges: “Es hipócrita orar por la victoria sobre nuestros pecados y descuidar nuestro consumo de la Palabra de Dios.”

9. Piensa: “El arrepentimiento es adoración” en vez de “Estoy avergonzado ante Dios.”

¿Alguna vez tu pecado te ha avergonzado y has dejado de buscar a Dios? Solía ​​pensar que necesitaba limpiarme antes de acercarme a Dios nuevamente. La cruz nos libera de esta mentalidad porque Cristo ha tomado nuestro pecado sobre Sí mismo y nos perdona y nos limpia toda nuestra injusticia (1 Juan 1:9)

En lugar de mantener nuestra distancia de Dios debido a la vergüenza, predicate a tí mismo que Cristo tomó tu vergüenza y el castigo en la cruz y recuerda que ahora estás vestido con la justicia de Cristo. Alégrate de que en Cristo eres perdonado y ve a Dios, no como alguien a quien debes evitar, sino alguien a quien debes de correr, porque el arrepentimiento es adoración y honra enormemente al Señor.

10. Piensa: “La oración es vital” en vez de “La oración es opcional.”

Si alguna vez te has sentido impotente para vencer algún pecado por tu cuenta, recuerda que todas las cosas son posibles con Dios (Mateo 19:26). Para crecer en la santidad y avanzar en la vida cristiana, debemos dedicarnos a la oración, rogando por la ayuda del Señor para resistir la tentación y convertir nuestros deseos de acuerdo con los de Dios.

Una forma práctica de aplicar esto es orar diariamente las Escrituras. Las Escrituras son útiles para “enseñar”, “redargüir”, “corregir” y “para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16-17), y al orarlas diariamente, hacemos eco de la oración de Jesús en Juan 17:17, “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.”

Sólo Dios sabe el efecto positivo de las oraciones empapadas en las Escrituras, sólo Él sabe el alcance que tendrán a lo largo de toda la vida.

Lee este artículo en ingles.

Filed Under: Vida Cristiana Tagged With: Santidad

Una Teología del Discipulado: El Por Qué, Qué, Cómo, Quién, y Dónde de Hacer Discípulos

12/11/2020 by kevin

Los autores australianos Colin Marshall y Tony Payne, hace más de diez años, escribieron su libro El Enrejado y La Vid: Una visión que transformará tu iglesia: discípulos que hacen discípulos (lee mi reseña por 9Marcas o escucha a mi jefe resumir la importancia del libro). Mark Dever, el pastor de Capitol Hill Baptist Church en Washington, DC, dijo que este libro era “Lo mejor que he leído sobre la naturaleza del ministerio eclesial”.

Después de algunos años, Marshall y Payne se dieron cuenta que había una necesidad de explicar más cómo aplicar los principios de El Enrejado y La Vid en una iglesia local, y decidieron escribir El Proyecto De La Vid: Moldea Tu Cultura Ministerial En Torno Al Discipulado.

Comparto abajo un resumen de la primera parte del libro El Proyecto de La Vid con el amable permiso de Poiema Libros. El resumen es un recurso excelente que da una teología del discipulado.


Convicción 1: ¿Por qué hacer discípulos?

La razón por la que queremos hacer más y más discípulos de Jesucristo es esta: porque el propósito de Dios para todo el mundo y toda la historia de la humanidad es glorificar a Su amado Hijo en medio del pueblo que Él ha rescatado y transformado.

Dios está ejecutando este plan al rescatar a las personas de “este mundo de tinieblas” y llevarlas al Reino de Su Hijo por medio de Su muerte y resurrección —un pueblo que está siendo transformado para llegar a ser como Jesús y que ahora tiene un lugar seguro alrededor del trono de Cristo, en una nueva creación donde ya no existen el mal y la muerte. Esta es la imagen panorámica que explica por qué hacer más discípulos es una tarea tan importante y urgente.

Lo podríamos representar de la siguiente manera:

Convicción 2: ¿Qué es un discípulo?

Luego definimos lo que es un discípulo: un pecador perdonado que está aprendiendo a Cristo en arrepentimiento y fe.

Vimos en los Evangelios que un “aprendiz” (o “discípulo”) de Cristo en alguien que ha reconocido la oscuridad y el estado de perdición en el que vivía bajo el juicio de Dios, y que acudió a Cristo en arrepentimiento y fe para hacerlo su Señor, Salvador y Maestro; alguien que se compromete totalmente a obedecerlo, a aprender a guardar todos Sus mandamientos y a expresar arrepentimiento y fe con sus actos, cada día y por el resto de su vida. Este tipo de aprendizaje transformacional en realidad es otra forma de describir la totalidad de la vida cristiana.

Además, vimos cómo esta misma ideal llega al resto de Nuevo Testamento, en el que “aprender a Cristo” significa escuchar el evangelio (el acto salvador de Cristo), responder a esa Palabra en fe y, de esta manera, pasar de muerte a vida en Cristo —lo que resulta en una necesidad urgente de hacer morir el comportamiento pecaminoso que todavía conservamos de nuestra vida antigua, y en cambio revestirnos de Cristo.

Por tanto, convertirse en un aprendiz de Cristo es un paso decisivo y gigante de arrepentimiento para aceptar la salvación que Dios ha ganado para nosotros por medio de Cristo (simbolizado por el bautismo), y también un compromiso continuo diario de expresar con hechos las implicaciones y consecuencias de esta salvación enorme que Dios ganó para nosotros (simbolizado por el yugo).

Podríamos agregar un pequeño detalle a nuestro diagrama para representar este aspecto —específicamente una “A” (aprendiz) encima de la persona que ha pasado de la oscuridad al Reino del Hijo y que ahora sigue ese aprendizaje transformacional en todas las áreas de su vida, especialmente en la comunidad de aprendizaje transformacional que llamamos “iglesia”.

Convicción 3: ¿Cómo hacer discípulos?

¿Cómo suceden este rescate y esta redención? La tarea de hacer discípulos es una obra de Dios que se logra cuando Su palabra y Su Espíritu obran por medio de la actividad de los discípulos cristianos y en los corazones de los que los escuchan. Resumimos esa actividad diciendo que es cuando el pueblo de Dios proclama de forma perseverante la Palabra de Dios en dependencia del Espíritu de Dios, lo cual también se conoce como las 4P:

1. La Proclamación de la Palabra de múltiples formas

2. La Práctica de la oración en dependencia del Espíritu de Dios

3. Las Personas que son colaboradoras de Dios

4. La Perseverancia, paso a paso

Sugerimos que la meta de todo ministerio cristiano se podría resumir simplemente en que busca ayudar a cada persona, en donde sea que esté, a dar un paso a la derecha por medio de estas 4P —es decir, escuchar el evangelio y pasar del dominio de la oscuridad al Reino; y luego, avanzar hacia la madurez en Cristo en todos los aspectos de la vida, gracias a que las personas les proclaman la Palabra de Dios de diferentes maneras, en oración y con perseverancia.

Ahora nuestro diagrama sería algo así:

Para pensar más claramente en los diferentes “lugares” que las personas ocupan en el diagrama, podríamos identificar cuatro etapas generales por las que pasan las personas en su camino hacia la derecha:

  • Algunas personas están muy “lejos” de Cristo y de Su Reino; puede que nunca hayan hablado con un cristiano o que ni siquiera hayan conocido a un cristiano antes. Con frecuencia, lo primero que necesitan para dar un paso a la derecha es conocer y entablar una conversación con un cristiano.
  • Otros pueden haber conocido a personas cristianas y haberse relacionado con ellas o con el cristianismo de alguna manera. El siguiente paso para ellos es escuchar el evangelio; es decir, ser evangelizados.
  • Para los que han respondido al evangelio en fe y arrepentimiento, su siguiente paso es ser establecidos como cristianos, echar raíces y comenzar a crecer en piedad y semejanza de Cristo (un caminar que continuará por el resto de sus vidas).
  • A medida que los cristianos se establecen, y crecen en amor y conocimiento, se preocupan cada vez más no solo por seguir avanzando hacia la derecha, sino por ayudar a otros a hacerlo de cualquier manera posible. Disfrutarán del beneficio de ser equipados para hacerlo por medio de la enseñanza, el ánimo, la instrucción y la oración.

Pueden encontrar su propia forma de resumir este camino por el que pasan la mayoría de personas, pero a nosotros nos gusta usar estas 4E como señales prácticas de las diferentes etapas del camino: Entablar conversaciones, Evangelizar, Establecer y Equipar.

Para agregarlas a nuestro diagrama, podríamos hacer lo siguiente:

Convicción 4: ¿Quién está encargado de hacer discípulos?

En esta convicción profundizamos un poco más en la idea de que involucrarse en las 4P es una alegría y un privilegio para todo el pueblo de Dios. Le dimos un vistazo a la enseñanza bíblica de cómo Dios abre las bocas de todos los discípulos por Su Espíritu, para que hablen la Palabra de Cristo de formas muy variadas. Concluimos que hablar la Palabra de Dios a otros para que puedan ser salvos y para animarlos es algo que se supone que debemos hacer, y que es un componente indispensable de la vida cristiana ordinaria. De igual forma, una cultura de iglesia saludable es aquella en la que un número creciente de miembros ejerce una gran variedad de ministerios de la Palabra.

Luego vimos varios ejemplos prácticos de cómo esto se ve en la práctica y, en algunas de las preguntas, las barreras e inhibiciones que surgen.

Concluimos sugiriendo que la predicación expositiva se conecta de una forma vital con esta clase de “ministerio de la Palabra de todo miembro”. Un púlpito expositivo es el principal ministerio de la Palabra, el cual alimenta, regula, equipa y edifica a una iglesia expositiva, donde la congregación proclama la Palabra en múltiples niveles, en una gran variedad de formas.

En otras palabras, podríamos responder la pregunta “¿Quién está encargado de hacer discípulos?” de la siguiente manera: Los pastores equipan a todos los cristianos a través de su predicación, capacitación y ejemplo, para que sean aprendices de Cristo que ayudan a otros a aprender a Cristo.

O usando nuestro lenguaje de movernos a la derecha, podríamos cambiar la oración resumen al final de nuestro diagrama para que refleje esta imagen integrada de la iglesia expositiva:

Convicción 5: ¿En dónde hacemos discípulos?

Nuestra última convicción aclaró que hacer aprendices de Cristo y ayudarlos a crecer no es algo que sucede solo con los nuevos creyentes, en grupos pequeños o en consejería uno a. uno. Es la actividad básica que debería estar en el centro de todo lo que hacemos como iglesia —es decir, como una comunidad de aprendizaje transformacional— incluyendo (y en especial) nuestras reuniones dominicales. Una forma de describir la reunión dominical de la iglesia es como un escenario para hacer discípulos, en el que buscamos ayudar a todos los presentes a dar un paso a la derecha a través de la proclamación de la Palabra de Dios en dependencia del Espíritu Santo.

También aclaramos que el lado misionero o evangelístico de hacer aprendices de Cristo no es algo que solo sucede en otros países en la “obra misionera” tradicional. Tenemos que hacer más aprendices de Cristo en todo nuestro alrededor —en nuestras familias, nuestras calles, nuestras comunidades y en todas las esquinas de este mundo de tinieblas en el que las personas necesitan desesperadamente el evangelio de Cristo.

Entonces ¿en dónde se da el aprendizaje de Cristo? Se da en todos los aspectos y actividades de las comunidades de aprendizaje transformacional que llamamos iglesias, y por medio de nuestras iglesias, también se da en todos los rincones de este mundo de tinieblas.

Filed Under: Recursos

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