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Anclado en Cristo

Ideas y Recursos para la Iglesia

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kevin

20 Señales que has hecho un ídolo de la política

07/07/2020 by kevin

Para muchos en mi país, la política nunca había sido más importante y se está convirtiendo en el opio de las masas.

No se puede evitar abrir Facebook, encender la televisión, o mirar deportes sin dejar de escuchar quejas sobre tales y tales políticos, pontificaciones, señalizaciones de la virtud, o alguna otra forma de comunicación diseñada a influenciar la conciencia de los televidentes. En lugar de que la cortesía y la razón caractericen el discurso político, la ira, el odio e incluso la violencia gobiernan el día, creando titulares que solo alimentan más ira.

Veamos la principal causa y la raíz de todas nuestras luchas políticas: la idolatría. Le hemos dado a la política y al gobierno un papel que nunca debieron desempeñar: ser el solucionador de todos nuestros problemas, el proveedor de seguridad, felicidad, equidad, y significado. En otra palabra, dios. 

¿Cómo sabes si has hecho de la política tu dios? Aquí hay 20 señales:

  1. Tu esperanza en la vida está estrictamente ligada a un político o que tu partido político gana.
  2. Consideras a un político o partido como un salvador perfecto que no puede hacer ni decir nada malo.
  3. Crees que una utopía es posible en este mundo solo si tu partido se sale con la suya.
  4. Te pones de parte de tu partido en cada tema en automático, sin pensar en la perspectiva bíblica.
  5. En temas con los que las Escrituras no hablan directamente, afirmas la aprobación implícita de Dios para tu partido.
  6. Tu discurso y tono en el debate político se inclinan más hacia la dureza y la ira que la amabilidad y la honradez (1 Pedro 2:12, Tito 3:1-2).
  7. Olvidas que tus oponentes políticos son almas eternas destinadas al infierno sin la gracia salvadora de Cristo.
  8. Dejas que la política te robe la alegría.
  9. Preferirías sacrificar la verdad y la integridad que estar fuera de sintonía con lo que tu partido cree.
  10. Crees que Dios tiembla y sus manos están atadas cuando los políticos imponen políticas anticristianas. (Pero en realidad, ¡se ríe! Lee Salmo 2).
  11. Estás tentado a la violencia para expresar tu punto de vista.
  12. Nunca intentas entender cómo piensa tu oponente político. (¿Por qué hacer eso cuando puedes llamarlos fanáticos?)
  13. Culpas de todos los males sociales a tu oponente político.
  14. No puedes admitir cuando otro partido hace algo bien.
  15. No reconoces los falsos ídolos de tu partido político.
  16. Buscas la política para curar tus heridas más profundas.
  17. Encuentras tu significado para la vida en la política.
  18. Odias el pecado del otro partido político, pero lo disculpas en aquellos a quienes apoyas (o incluso en tu propia vida).
  19. Justificas el mal en nombre de lo que marcha supuestamente bien.
  20. Crees que cada uno de tus oponentes es tan malo como el peor de su partido.

Y esta lista solo nos introduce a la conversación.

Las palabras de Andy Crouch de Playing God nos ayudan a ver los efectos devastadores de idolatrar la política:

“Todos los ídolos comienzan ofreciendo grandes cosas por un precio muy pequeño. Todos los ídolos fallan, más y más consistentemente, en cumplir sus promesas originales, mientras aumentan sus demandas. . . . Al final, fallan por completo, incluso cuando hacen demandas categóricas. En la frase memorable del psiquiatra Jeffrey Satinover, los ídolos piden más y más, mientras dan menos, hasta que finalmente exigen todo y no dan nada.”

Necesitamos desintoxicarnos antes de que este ídolo nos robe las cosas más importantes de la vida. Aquí hay algunas ideas sobre cómo hacer eso:

  1. Reduzca las noticias por televisión (o apáguelo). Como Albert Mohler compartió, “las noticias por televisión no se explican con cuidado. Se hacen generalizaciones y acusaciones, en crítica y condena, en división, y no en comprensión.” Esto también es cierto para muchas plataformas políticas en línea. Cuantas más noticias políticas recibas, más te sentirás tentado a la idolatría.
  2. Sumérgete en las Escrituras. La Palabra vivificante de Dios fortalecerá tu corazón cansado. Haz del Salmo 119:28 (LBLA) tu oración: “De tristeza llora mi alma; fortaléceme conforme a tu palabra.”
  3. Pon tus ojos en Jesús, el Rey del universo y la única figura política digna de nuestra adoración. Todos los gobernantes terrenales son establecidos por Él (Romanos 13:1-2, Daniel 2:21) y “Su reino es un reino eterno, y su dominio de generación en generación” (Daniel 4:3). Busca primero su reino y su justicia y tendrás todo lo que necesitas (Mateo 6:33).


Lee este artículo en inglés.

Otro recurso recomendado: Cómo alabar y no alarmarse durante las elecciones: 4 consejos. 

Filed Under: Cultura

Una teología del Espíritu Santo en formato pequeño

30/06/2020 by kevin

Gracias a mi amigo David Qaoud por su amable permiso de compartir este artículo. David Qaoud es un escritor y bloguero cristiano de St. Louis, MO (EE.UU.). Tiene un blog sobre el cristianismo y la teología en gospelrelevance.com. Puedes conectarte con él en Facebook aquí.


El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad. Él es completamente Dios, distinto de Dios Padre y de Dios Hijo. Es inapropiado referirse al Espíritu Santo como un “eso”, como si fuera alguna fuerza impersonal. No, Él no es una fuerza impersonal, sino mas bien una persona que actúa y puede ser afligida. A continuación puedes encontrar una lista de algunas de las cosas que hace el Espíritu Santo y cómo responder a su trabajo. El siguiente contenido es una versión modificada y editada de una lección que enseñé acerca del Espíritu Santo. Para un estudio más profundo, se presentan los pasajes bíblicos que lo sustentan. Este es un breve resumen, no una lista exhaustiva.

¿Qué hace el Espíritu Santo?

Sin ningún orden en particular.

1. El Espíritu Santo abre los corazones de los escogidos de Dios para mostrarles la verdad de Jesús.

“Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo” (Tit. 3:5).

2. El Espíritu Santo convence al mundo de pecado.

“Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Jn. 16:8).

3. El Espíritu Santo sella a todos los creyentes.

“¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?” (1 Co. 3:16).

“Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, por el cual fueron sellados para el día de la redención” (Ef. 4:30).

4. El Espíritu Santo adopta a los elegidos de Dios en el pueblo de Dios.

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ‘¡Abba, Padre!’” (Ro. 8:14-15).

5. El Espíritu Santo ayuda al pueblo de Dios.

“Entonces Yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Consolador para que esté con ustedes para siempre” (Jn. 14:16).

“Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he dicho” (Jn. 14:26).

6. El Espíritu Santo santifica al pueblo de Dios.

“Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios” (1 Co. 6:11).

7. El Espíritu Santo da dones espirituales al pueblo de Dios para edificar la iglesia.

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según Su voluntad” (1 Co. 12:11).

8. El Espíritu Santo guía al pueblo de Dios.

“Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Aparten a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado’” (Hch. 13:2).

“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo” (Mt. 4:1).

9. El Espíritu Santo fortalece al pueblo de Dios para el ministerio.

“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch. 1:8).

10. El Espíritu Santo intercede por el pueblo de Dios.

“De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Y Aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque Él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios” (Ro. 8:26-27).

11. El Espíritu Santo enseña.

“Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he dicho” (Jn. 14:26).

Comentario: No, este versículo específico no está dirigido a ti. Es para los discípulos de Jesús, con quienes está hablando en este contexto. Sin embargo, no podemos negar que cuando el pueblo de Dios abre la Palabra de Dios hoy en día, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestro aprendizaje.

Por no mencionar que el Espíritu Santo te dará las palabras que debes decir si estás siendo perseguido por la causa de Jesús: “porque el Espíritu Santo en esa misma hora les enseñará lo que deben decir” (Lc. 12:12).

12. El Espíritu Santo aparta hombres calificados para la obra del ministerio.

“Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Aparten a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado’” (Hch. 13:2). Y nuevamente: “Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con Su propia sangre” (Hch. 20:28).

Respondiendo a la actividad del Espíritu Santo

1. Pídele continuamente que te llene.

“Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu” (Ef. 5:18).

La nota al pie de página en la Biblia de Estudio ESV sobre Efesios 5:18 es útil: “El mandamiento en griego (plerousthe) es un imperativo presente y no describe un ‘llenado’ único sino un patrón regular de vida”.

“Pues si ustedes siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lc. 11:13).

2. Pídele que te fortalezca para obedecer a Dios.

“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch. 1:8).

“Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor” (Hch. 4:31).

“Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas” (Ez. 36:27).

Pide al Espíritu Santo que te ayude a crecer en piedad, que te ayude a crecer en el fruto del Espíritu (Gá. 5:22-23). El Espíritu Santo trabaja en tu vida para ayudarte a ser más como Jesús en la medida en que usas los medios de gracia.


Publicado originalmente en Gospel Relevance. Traducido por Jenny Midence García por Coalición por el Evangelio.

Filed Under: Biblia y Teología Tagged With: Espíritu Santo

eBook Gratis: El Forastero En El Camino a Emaús por John R. Cross

25/06/2020 by kevin Leave a Comment

¡Un libro muy util para dar una introducción a la historia de la Biblia es gratis!

Gracias a los ministerios de GoodSeed, El Forastero en el Camino a Emaús ahora es gratis para Kindle, el PDF, el audiolibro, y el manual de trabajo. Busca donde dice “Spanish” en este enlace para descargar el libro. Puede ser usado para evangelismo o discipulado.

“Muy interesante, muy fácil de leer, y muy necesaria.” —Elisabeth Elliot

También puedes adquirirlo en Amazon (Kindle o pasta blanda).

La ensenañza sobre el libro está en YouTube. (Aunque los videos ya tienen muchos años, el mensaje es eterno.)

Filed Under: Recursos

La Única Cosa que Puede Destruir el Cristianismo Desde Adentro y Cómo Prevenirla

22/06/2020 by kevin Leave a Comment

Una de las primeras cosas que aprendí en el matrimonio es que el hecho de asumir cierta información a menudo causa problemas.

Una vez planeé reunirme con mi esposa en una tienda para hacer compras, pero me olvidé de decirle cuál local (hay varios cerca de nosotros), y ella llegó a otro lugar 25 minutos de donde yo estaba. Perdimos la oportunidad de disfrutar tiempo juntos porque yo asumí que ella entendía lo que yo estaba pensando.

El asumir información es también peligroso en el cristianismo, y en casos extremos, puede llevar aún a la autodestrucción. En las páginas 68–69 del libro La Cruz y el ministerio cristiano: Principios para un liderazgo dinámico y cristocéntrico, D.A. Carson comparte lo que, según él, es la única cosa que puede destruir el Cristianismo desde adentro:

He escuchado a un líder Menonita respaldando a su propio movimiento de esta forma. Una generación de Menonitas apreció mucho el Evangelio, y creyó que el Evangelio iba unido a cierta entrega social y política. La siguiente generación consideró el Evangelio como algo asumido y potenció la entrega a lo social y a la política. La generación actual se identifica con la sociedad y la política, mientras que unos confiesan y otros dejan de lado el Evangelio; éste ya no está en el centro del sistema de creencias de algunos que se consideran Menonitas.

Tanto si esta es una buena imagen de los Menonitas como si no, seguro que constituye un saludable aviso para los evangélicos en general. Ya estamos en un momento en que muchos pastores evangélicos se limitan a asumir el mensaje de la cruz, pero ya no lo enfatizan demasiado. Su centro está en otro sitio. Y me parece que unos pocos corren el peligro de distanciarse de ciertos componentes del mensaje de la cruz, mientras siguen operando dentro del contexto del movimiento evangélico. Al menos es posible que seamos la generación de creyentes que destruirán gran parte del Cristianismo histórico desde adentro; no, en primer lugar, mediante una rancia incredulidad, sino al formular cuestiones relativamente periféricas hasta el punto en que, en la práctica, desplacen lo que es central. Y, ¿cuál será el final de este vagabundeo?

Debemos volver a la cruz y al plan divino de la redención, que se centra en la cruz, convirtiéndolo en el centro de nuestra identidad. Debemos resistir conscientemente todos los halagos de los distintos movimientos, filosofías, y sistemas de valores que toleran la cruz —o incluso, nominalmente, la promueven— pero que, en realidad, la desplazan. Debemos reconocer que lo que significa ser sabios, lo que quiere decir ser espiritual, es abrazar, con la ayuda del Espíritu de Dios, el mensaje del Mesías crucificado.

No podemos asumir la muerte y la resurrección de Cristo Jesús ni sus implicaciones. Si asumimos el evangelio en nuestras iglesias en vez de proclamarlo fielmente, cómo dice Carson, la próxima generación lo perderá.

Hermanos—hagamos todo lo posible para evitar esto.

Ocho maneras prácticas de centrarnos en el evangelio

  1. Démonos cuenta de nuestra necesidad diaria por el evangelio. Es el poder de Dios para la salvación (Romanos 1:16) y para la santificación (Tito 2:11-14). Me encanta cómo Tim Keller lo dice, “El evangelio no es sólo el A-B-C sino que es el A a la Z de la vida cristiana.”
  2. Enseñemos el evangelio a nosotros mismos, en nuestras iglesias, y en nuestras familias como primera importancia (1 Corintios 15:3). Nos examinamos a nosotros mismos y a nuestros ministerios para ver donde asumimos el evangelio y cómo podemos fortalecerlos. Siempre vivamos en el espíritu de reformación en nuestras vidas e iglesias, arrepintiéndonos cuando sea necesario.
  3. Prediquemos sermones expositivos centrados en la persona y obra de Cristo. Esto requiere un entendimiento de la historia de la Biblia y cómo cada parte testifica de Cristo (la teología bíblica). Recomiendo los libros El Gran Panorama Divino para enseñar la historia principal de la Biblia y Cómo Predicar de Cristo Usando Toda La Biblia por Graeme Goldsworthy (mi reseña), para aprender más acerca de cómo predicar a Cristo. También, recomiendo nuestro programa Predicando Expositivamente La Palabra.
  4. Nunca olvidemos la necesidad de testificar acerca de nuestro Rey y Salvador a este mundo perdido. Hay tanto dolor y sufrimiento en este mundo y sólo Cristo es la respuesta. Que el amor de Cristo nos constriña a proclamar el mensaje que todos necesitan.
  5. Cuando apoyamos obras sociales en la iglesia, enfoquémonos en los ministerios centrados en el evangelio. Es bueno ayudar a la comunidad de muchas maneras, pero al enfocarnos en ministerios que ponen al evangelio primero, nos ayuda a recordar y enseñar a otros lo que es primero.
  6. Debemos leer libros acerca de la cruz y el evangelio. Estoy leyendo La Cruz de Cristo por John Stott y es excelente. Recomiendo el libro que escribió mi pastor Colin S. Smith El Cielo, Cómo Llegué Aquí para restaurar tu asombro de la cruz (mi reseña y audiolibro gratis). También, recomiendo todos los libros de 9Marcas que nos enseñan cómo debe funcionar una iglesia saludable centrada en el evangelio (hay libros gratis aquí). Pastores, vean ¿Qué es el Evangelio? por Greg Gilbert para entender lo que es el evangelio y lo que no es, y El Evangelio por Ray Ortlund para ver cómo se centra una iglesia en el evangelio.
  7. Tengamos cuidado al hablar de la política en la iglesia y entre amigos, sabiendo que nuestra ciudadanía principal está en el cielo. Está bien apoyar a un candidato o una causa, pero no está bien poner a esta persona o causa en el lugar de Cristo. Sólo hay un Salvador. (Lea: Cómo Alabar—No Alarmarse—Durante Elecciones)
  8. Vivamos siempre en oración, pidiendo a Dios ayuda para crecer en el evangelio y depender de Él. Elevemos en todo momento oraciones moldeadas por la Biblia (como las oraciones de Pablo) para tener las prioridades que Dios quiere.

Recordar el evangelio y enseñarlo no es una carga, es el privilegio más grande que podemos tener.

¡Que Dios nos ayude a no dar por sentado o asumir que entendemos el evangelio, sino a profundizar en él cada día hasta el regreso de Cristo!

Filed Under: Ministerio Tagged With: D.A. Carson, Evangelio

¿Qué quiere Dios de nosotros? Miqueas 6:8 tiene la respuesta

15/06/2020 by kevin

Yo creo que la pregunta más importante del mundo es ¿Qué espera Dios de nosotros?

Nadie quiere vivir su vida y pensar que está agradando a Dios y darse cuenta que ha desperdiciado toda su vida y que no ha logrado lo que Dios espera.

El profeta Miqueas comparte lo que Dios espera de nosotros en un versículo que resume el corazón de la vida cristiana, y es un versículo con tanta influencia que está escrito en el edificio de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. El hecho de poner este versículo allí demuestra la importancia que los fundadores vieron en el versículo y cómo es algo fundamental para una sociedad.

La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos en Washington, DC.

El versículo es Miqueas 6:8 (NVI) que dice:

¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Para entender el versículo profundamente, necesitamos pensar un momento en el contexto. Miqueas era un profeta del Antiguo Testamento que escribió al pueblo de Dios y los reprendió por ser religiosos por fuera, pero corruptos por dentro. Miqueas describió el pueblo de Dios como un pueblo idólatra que robaba la propiedad y las herencias de los pobres, un pueblo violento, un pueblo de mentiras que solo buscaba sus propios intereses.

Y en los dos versículos antes del versículo de hoy, Dios describió la religión vacía. Los de Israel sabían que habían pecado contra Dios y están diciendo prácticamente, “OK, OK yo sé que soy culpable, pero ¿Cuánto cuesta limpiarme de mis pecados?” Y en versículos 6 y 7 de capítulo 6 Israel estaba subiendo lo que ofrece a Dios cada vez más:

¿Cómo podré acercarme al Señor 
y postrarme ante el Dios Altísimo? 
¿Podré presentarme con holocaustos 
o con becerros de un año? 
¿Se complacerá el Señor con miles de carneros, 
o con diez mil arroyos de aceite? 
¿Ofreceré a mi primogénito por mi delito, 
al fruto de mis entrañas por mi pecado? (Miqueas 6:6–7)

La religión vacía del pueblo de Dios quiere comparar perdón y una conciencia limpia. Es una religión de transacciones: “Dios, te doy estas cosas y me debes perdón.” Tal persona parece ser muy religiosa, pero peca en su religiosidad. 

Dios no se agrada en montones de animales muertos ni en sacrificios grandes—Dios quiere corazones que valoren lo que Él valora y que sean piadosos en la manera correcta.

Y vemos en versículo 8 tres cosas que Dios quiere de nosotros en vez de una religión muerta. Practicar estas tres cosas no nos asegura la salvación, sino que esto es cómo se ve la vida de alguien que agrada a Dios.

Practicar la justicia

La justicia es lo que es justo, imparcial; es vivir una vida de integridad, tratar a los demás en la manera que Dios quiere. Es no pedir sobornos, no favorecer a nadie, ni oprimir a los pobres, o vivir solo por uno mismo.

En Miqueas 3:1–2, Miqueas reprendió a los líderes de Israel por su falta de justicia:

¿Acaso no les corresponde a ustedes conocer la justicia? Ustedes odian el bien y aman el mal…

Practicar la justicia significa amar el bien y odiar el mal de manera que va a influenciar tus pensamientos y tus acciones a los demás.

Hay tanta injusticia en este mundo, y Dios quiere que reflejemos su carácter justo y quiere que bendigamos a otras personas practicando la justicia. Hay injusticias grandes como la esclavitud sexual, el robo, el racismo, el asesinato, violaciones; y hay injusticias más pequeñas, pero todavía serias: defraudar en los impuestos, robar tiempo de nuestro empleado, o hablar una verdad parcial con la intención de engañar.

Dios odia estas cosas. Él nos llama a practicar la justicia en cada área de nuestra vida pública y privada. Esto significa hacer lo bueno aun cuando te cuesta, servir a los demás aun cuando no recibes nada, defender los derechos de los pobres y oprimidos, aun vivir en integridad y santidad cuando estás solo. Es no callarnos cuando hay injusticias. ¿En cuales áreas de tu vida está Dios llamándote a practicar la justicia?

Amar la Misericordia

Es interesante que no dice que debemos “practicar la misericordia” como si fuera simplemente un hecho, dice “amar la misericordia”— es un afecto del corazón.

La misericordia es compasión mostrada a alguien que no la merece. Los que aman la misericordia quieren mostrarla en cada oportunidad que tienen. Esto significa que como seguidores de Cristo, hay que perdonar como Cristo nos perdonó (Efesios 4:32). ¿Cuál es tu actitud hacia personas que te han causado daño? Naturalmente estamos enojados. Naturalmente queremos venganza.

En los tiempos de Miqueas, el pueblo idolatra no mostraba misericordia. Sino eran violentos, mentirosos, se aprovechaban de sus vecinos, y así se quebrantaba la ley de Dios. Sabían que necesitaban la misericordia de Dios (por eso trataban de agradar a Dios con sacrificios extravagantes que Dios no pedía).

Para nosotros, sabemos que Dios nos ofrece misericordia porque podemos ver el ejemplo supremo de la misericordia de Dios: la muerte de Jesucristo en la cruz. Jesús murió en nuestro lugar y tomó el castigo de nuestros pecados en su cuerpo.

Si repito la pregunta que hacían los pecadores en el pueblo de Dios (la pregunta detrás las preguntas), “¿Cuánto cuesta limpiarme de mis pecados?”, La respuesta es que costó la sangre del Hijo de Dios.

Jesucristo, el Hijo de Dios, quien practicaba la justicia cada segundo de su vida, dio su vida voluntariamente para salvar a pecadores como tú y como yo. Y este mismo libro de Miqueas muestra la gran misericordia de Dios en 7:18–19:

¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo?
No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar.
Vuelve a compadecerte de nosotros.
Pon tu pie sobre nuestras maldades y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados. 

No sé si algunos de ustedes han estado en un barco y han dejado caer su celular, o lentes de sol en el mar, pero la verdad es que no vas a encontrar esos lentes—se perdieron para siempre. Esa es la realidad. Pero es igual con el perdón que Dios nos ofrece en Cristo Jesús: Él arroja al fondo del mar todos nuestros pecados. Dios no va a castigarte por estos pecados, están en el fondo del mar—te da perdón completo.

Esta es la misericordia. Esto es lo que nos da poder de mostrar misericordia a otras personas. ¿A quiénes en tu vida necesitas mostrar misericordia, ya que sea perdón, servicio a personas que necesitan ayuda, o amando a una persona que no lo merece?

Para amar la misericordia, necesitamos recordar la misericordia de Dios y darnos cuenta que Dios puede ministrar su misericordia a través de nosotros. Tenemos la gran oportunidad de ser sus manos y sus pies a este mundo perdido que anhela la misericordia.

Humillarnos ante nuestro Dios

Prefiero otras traducciones que dicen “andar humildemente con tu Dios” (como LBLA porque es una traducción de la Biblia más literal del hebreo original) porque enfatiza que humillarte ante Dios no es algo que hacemos una vez y después volvemos a hacer lo que queremos. Es un estilo de vida: andar diariamente humillándonos ante nuestro Dios, recordando que Dios es Dios y que nosotros somos sus criaturas, pecadores que necesitan de su gracia, pero pecadores que han recibido Su gracia en Cristo Jesús.

Las primeras dos características (practicar la justicia y amar la misericordia) se hacen a su hermano, pero esta última cosa es algo que se trata de nuestra relación con Dios.

Para andar humildemente con nuestro Dios necesitamos cultivar una relación con Él: escuchando su voz en su Palabra y dándole nuestras alabanzas y cargas en oración. Necesitamos amar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia. Hay que querer seguir y agradar a Cristo más que cualquier otra cosa, y no tratar de comprar su aprobación con sacrificios extravagantes. Dios ya hizo el único sacrificio necesario. Este sacrificio de su Hijo en la cruz te da la oportunidad de disfrutar una relación con Él.

Cuando andamos humildemente con nuestro Dios, nuestra vida hace eco de lo que Miqueas dice en Miqueas 4:5:

Todos los pueblos marchan en nombre de sus dioses, pero nosotros marchamos en el nombre del Señor, en el nombre de nuestro Dios, desde ahora y para siempre.

Conclusión

¿Cuál es la motivación de tu religión? ¿Cuál es la motivación tuya de asistir a tu iglesia? ¿Cuál es la motivación tuya de tus interacciones con las demás personas, sean familiares, vecinos, pobres, o enemigos?

No necesitas preocuparte más de lo que Dios espera de ti.

¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Justo como la Biblioteca del Congreso de Los Estados Unidos tiene este versículo colgado para que todas las personas lo vean, deseamos que Dios escriba este versículo en nuestros corazones tanto que el mundo pueda ver que Cristo vive en nosotros.

Oración

Padre celestial, Te damos gracias por Tu Palabra. Gracias que no necesitamos adivinar lo que Tú quieres de nosotros. Pedimos la ayuda de tu Espíritu para entender estas verdades en las partes más profundas de nuestros corazones para poder vivir este mensaje de manera que glorifique a Jesucristo y sirva a nuestro prójimo. Pedimos todo en el nombre del Señor Jesucristo, amén.

Filed Under: Vida Cristiana Tagged With: Miqueas

El mensaje anti-evangelio de Joel Osteen

04/06/2020 by kevin

“…Pero se levantaran falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina. Muchos seguirán su sensualidad, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado; y en su avaricia os explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.” —2 Pedro 2.1-3 LBLA


Me sorprende cuando escucho a la gente decir que no debemos juzgar a los predicadores.

“Eso no es amar” o “La Biblia dice que ‘no juzgues’” son a menudo respuestas que ellos dan.

Mi primera reacción es: “¿Alguna vez has leído el Nuevo Testamento?” El Nuevo Testamento está LLENO de advertencias para cuidarnos de los falsos maestros que son lobos disfrazados de ovejas (Mateo 7:15) quienes pretenden ser siervos de justicia (2 Corintios 11:13–15) y de esta forma alejan a muchos de la verdad (Mateo 24:24). Nuestro llamado como cristianos es seguir el ejemplo de los de Berea (Hechos 17:10–15) y buscar en las Escrituras para ver si lo que escuchamos se alinea con la Palabra de Dios.

Cuidado con Joel Osteen

Joel Osteen es el pastor de Lakewood Church en Houston, Texas que tiene una influencia gigante. No creo que he visto a Osteen sin una sonrisa. No soy anti-sonrisa, pero soy anti-falsa enseñanza porque alimenta con veneno cubierto de azúcar a las almas perdidas y de las hambrientas. La predicación de la Biblia es más que solo tener una Biblia en tus manos mientras predicas y ocasionalmente citarla para apoyar tus ideas, ¡podrías estar destruyendo el mensaje de la Biblia como lo hizo Satanás cuando tentó a Jesús en Mateo 4:1–11!

A continuación, se muestra un extracto del libro de Osteen, Lecturas Diarias de lo Mejor de Ti: 90 Días para Desarrollar Tu Grandeza Interior, que muestra el peligro de su enseñanza. En este extracto, Osteen refiere a Génesis 3, un capítulo fundamental de la Biblia, que establece la pecaminosidad de la humanidad y nuestra necesidad de un Salvador:

“De vuelta en el Jardín del Edén, después de que Adán y Eva comieron la fruta prohibida, se escondieron. Al fresco del día, Dios se acercó a ellos y les dijo: “Adán, Eva, ¿dónde están?” Dijeron: “Dios, nos estábamos escondiendo porque estábamos desnudos.”

Me encanta la forma en que Dios les respondió. Él dijo: “Adán ¿quién te dijo que estabas desnudo?” En otras palabras, ¿quién te dijo que algo andaba mal contigo? Dios supo de inmediato que el enemigo había estado hablando con ellos.

Dios te está diciendo hoy: ¿Quién te dijo que no tienes lo que se necesita para tener éxito? ¿Quién te dijo que las mejores calificaciones que pudiste sacar en la escuela fueron C en lugar de A? ¿Quién te dijo que no eres lo suficientemente atractivo? ¿Quién te dijo que tu matrimonio no va a durar? ¿Quién te dijo que algo andaba mal contigo?

Esas son mentiras del enemigo. Necesitas rechazar esas ideas y descubrir lo que Dios dice de ti. 

“Bueno, no creo que pueda obtener ese ascenso en mi trabajo, Joel.”

¿Quién te dijo eso? Dios dijo: “Nada bueno retendré cuando camines erguido.”

“Bueno, no creo que alguna vez me case, Joel. Hace tanto tiempo que no salgo con una chica, no creo que encuentre a alguien que me quiera por lo que soy y con quien sería compatible.”

¿Quién te dijo eso? Dios dijo: “Cuando te deleites en Él, Él te dará los deseos de tu corazón.”

“Bueno, no creo que pueda estar en la gerencia. No creo que pueda ser un líder.”

¿Quién te dijo eso? Dios dice: “Puedes hacer todas las cosas por medio de Cristo.” El potencial está dentro de ti. No cambia solo porque no lo creas o simplemente porque has pasado por algunas experiencias negativas en el pasado. El potencial ha sido depositado en ti permanentemente por el Creador del universo.  

Lo que realmente dice Génesis 3

No, Joel, Dios no le preguntó a Adán y Eva:”¿Quién te dijo que algo andaba mal contigo?”

La Escritura es clara en cuanto a que algo andaba mal con ellos: ellos habían pecado contra Dios, quien les había ordenado que no comieran del fruto prohibido (Génesis 2:16-17). Dios los estaba confrontando por su pecado, no consolándolos en él. En lugar de explicar los orígenes del pecado en nuestro mundo y cómo Jesús es el Salvador prometido de Génesis 3:15, Osteen piensa que Dios simplemente quería que Adán y Eva se sintieran mejor consigo mismos.

Solo puedo pensar que tal enseñanza haría sonreír a Satanás.

Si bien las palabras narcisistas de Osteen suenan bien para endulzar los oídos, tienen más en común con las palabras de Satanás que con la Palabra de Dios. Cuando Satanás tentó al hombre y a la mujer en Génesis 3:5, él dijo: “Serás como Dios.” Osteen comunica la misma idea con diferentes palabras cuando coloca los deseos carnales del hombre en el centro de la conversación.

El anti-evangelio de Osteen

Las palabras de Osteen aquí son anti-evangelio. El evangelio dice negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguir a Cristo (Marcos 8: 34-35). Dice “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.” El dios de Osteen y la teología de la prosperidad no es más que un mayordomo que sirve a las personas lo que quieren: salud, riqueza y felicidad. El humano está en el centro y Dios es nuestro servidor.

El falso “mensaje de positividad” de Osteen de Génesis 3 no ofrece consuelo para el hombre despedido o la mujer soltera que anhela un esposo. En todo caso, les hace sentir peor acerca de sí mismos y su “falta de fe.” Cuando la enseñanza descuida exponer el pecado y mostrar nuestra necesidad de un Salvador, distraerá a los oyentes de lo que realmente necesitan: la salvación en Jesús. El evangelio no nos da nuestra mejor vida ahora como Osteen promete, pero sí nos da esperanza a través del sufrimiento. Se nos promete nuestra mejor vida más adelante si confiamos en Jesús y nos arrepentimos de nuestros pecados.

El evangelio enseña que Dios mismo es el mayor tesoro imaginable, mejor que cualquier cantidad de éxito o placer fugaz que podamos alcanzar en esta vida.

¿Por qué comparto esto?

Cuando pienso en el evangelio de la prosperidad, no puedo evitar pensar en mi amigo César. Él y su familia asistieron a una iglesia del evangelio de la prosperidad durante muchos años que predicaba mensajes al estilo Osteen. Ellos pensaban que eran buenos cristianos en el camino de Dios. Pero entonces Dios intervino y abrió los ojos de César a la verdad mientras buscaba las Escrituras. Ahora, César a menudo comparte con lágrimas en los ojos lo agradecido que está por Dios que lo rescató de las garras de la falsa enseñanza.

Mi esperanza para esta publicación es que Dios convierta a muchas más personas como César de la enseñanza falsa y a su evangelio que da vida. El verdadero evangelio es mucho mejor porque, como dice Albert Mohler con frecuencia,

“… el mayor problema con la teología de la prosperidad no es que promete demasiado, sino que promete demasiado poco“.


Lee este artículo en inglés.

Enlace recomendado: 8 razones para amar la sana doctrina

Filed Under: Cultura Tagged With: Falsos Maestros, Joel Osteen

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