Hace poco hablé con un pastor que describió así los fundamentos de la predicación de su iglesia: “Cada semana pensamos en las necesidades de la congregación y entonces predicamos un mensaje para satisfacer esas necesidades.”
Este enfoque, lo que muchos llaman predicación sobre “necesidades sentidas”, busca ayudar a la congregación a crecer espiritualmente y superar los problemas que enfrenta. En el caso de este pastor, se deriva de un amor por su rebaño y un conocimiento profundo de sus vidas, algo por lo que cada pastor debe luchar.
Hay ocasiones cuando se debe preferir este enfoque en la predicación, al menos por poco tiempo. Por ejemplo, cuando una iglesia experimenta una tragedia o hay una lucha seria en la congregación, el pastor puede querer predicar sobre la situación.
Pero, ¿es la predicación sobre necesidades sentidas la mejor práctica para los predicadores a largo plazo? No lo creo. En especial cuando se compara con la exposición consecutiva. En mi artículo nuevo por Coalición por el Evangelio, ofrezco cuatro razones para mi respuesta.
“Una tentación para la predicación sobre necesidades sentidas es dar curitas de autoayuda a las personas cuando realmente necesitan un trasplante de corazón que solo Cristo puede dar.”
Gracias al Equipo Coalición por su trabajo en este artículo que originalmente fue publicado en WordPartners en inglés.