Lee el devocional sobre Salmo 2:1–6.
El Salmo 2 continua a explicar quién es el Rey sobre Sion, que hará, y cómo todo el mundo (incluyendo nosotros) debe responder.
El decreto del Señor (versículo 7) dice que este Rey es el Hijo de Dios (haciendo eco del pacto Davídico de 2 Samuel 7) y también el Dueño y Juez de todas las naciones (versículos 8 y 9), y que toda la historia del mundo va hacia el reinado perfecto del Mesías sobre toda la tierra.
Algunos cristianos suelen pensar en Jesús solo como un hombre manso y humilde, caminando con un corderito sobre sus hombres y que nunca se enoja. Quiero enfatizar que Cristo es manso y humilde, pero solo será así en el futuro para sus amigos perdonados. Para sus enemigos, es un juez aterrador que quebrantará a sus enemigos con vara de hierro, desmenuzándolos como vaso de alfarero (versículo 9). Los lideres rebeldes de las naciones no prosperarán para siempre y el Rey verdadero sobre toda la historia tendrá la ultima palabra, trayendo justicia y juicio para todos que viven en rebeldía. Y no es solo los lideres de las naciones—es para todo ser humano que vive contra el Señorío de este Rey Ungido de Dios.
En los últimos tres versículos (10-12), el Salmista advierta a los reyes de la tierra cómo deben responder a este Rey y Juez justo. Dios no tiene que darles la oportunidad de escapar su ira ardiente contra su pecado y rebelión, pero en su gracia, los advierte. En otras palabras, Dios ofrece el evangelio a los reyes y jueces que han rebelado contra Él. Para estos líderes—y para todo ser humano—lo que necesitamos hacer para escapar la justa ira de Dios es someternos a su Señorío sobre el mundo, adorándole con reverencia y temor (versículo 11) y honrando a su Hijo el Rey verdadero (versículo 12). Cuando creemos en Jesucristo y nos arrodillamos delante de Él en arrepentimiento, entramos el refugio de Cristo y podemos escapar su ira que “puede inflamarse de repente” (versículo 12). El Rey va a ser un enemigo terrible para nosotros o el mejor amigo, maestro, y Rey imaginable. Todo depende en nuestra respuesta a su evangelio.
Me encanta cómo termina el salmo: “¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian!” Solo cuando nos refugiamos en Cristo, recibiendo su perdón y bendición, podemos estar en el lado correcto de la historia. Toda la historia está esperando el Reino perfecto de nuestro Rey, y nuestro papel es proclamar su evangelio a todas las naciones (Mateo 28:18–20). Todavía hay tiempo para los reyes y naciones rebeldes de la tierra para entrar el refugio de Cristo para ser salvos de su ira.
Este evangelio nos llena de esperanza en nuestro gran Dios y Salvador. Sí, todavía es difícil vivir en un mundo que está rebelando contra Dios, pero sabemos que nadie jamás podrá quitarnos esta bendición eterna que tenemos en Cristo.
Comparto este devocional sobre Salmo 2 en el libro Un año en los Salmos: 365 devocionales para tu caminar con Dios (B&H Español / Lifeway Mujeres).