¿Sabes la canción navideña más famosa de toda la historia? Me imagino que es la canción de María en Lucas 1:46–55.
Después de recibir noticias que ella iba a dar a luz al Mesías Prometido y Salvador del mundo, María alabó a Dios por escogerla.
Algunas personas han descrito este canto como la canción revolucionaria más grande en el mundo, y tienen razón. El nacimiento de Jesucristo empezó una revolución y un movimiento que continúa hoy. La vida de Jesucristo era tan importante y es tan importante que dividimos la historia del mundo señalando los años antes y después de Cristo.
Antes de meternos en el canto de María, es necesario hablar del contexto bíblico. Debido a la que en verdad es uno de los cantos más importantes en la historia humana, necesitamos empezar por el comienzo de la historia.
Dios creó al mundo y todo el universo. Creó al hombre y a la mujer para que vivieran en relación con Él y para que lo alabaran a Él por su grandeza y amor. No había maldad ni odio ni problemas—era el paraíso perfecto.
Pero el primer hombre y la primera mujer se rebelaron contra Dios y lo rechazaron a Él, desobedeciendo el único mandato que Dios les había dado. Las consecuencias para la rebelión del hombre eran graves: la muerte y fueron expulsados de la presencia de Dios.
Dios sabía la situación desesperada de la humanidad y siempre tenía un plan para mostrar misericordia. Después del primer pecado, Dios prometió en Génesis 3:15 que uno de los descendientes de Adán y Eva vendría y destruiría la obra del diablo y solucionaría el problema del pecado—prometió un salvador. (Escucha mi sermón La Línea Melódica de Génesis para profundizarte en este tema.)
Muchos años y muchas generaciones pasaron esperando este Salvador prometido, y llegamos a los tiempos de María. El pueblo de Dios había crecido. Había esperado por miles de años para ver quién sería el hombre que nacería para salvar el pueblo de Dios.
Dice Lucas 1 que un ángel le apareció a María para decirle que ella iba a concebir un bebe por el poder del Espíritu Santo y que él sería el Salvador prometido.
¿Cómo responderías tu a noticias como estas que son tan gloriosas? Vemos que María respondió a Dios en alabanza, y veremos tres razones por las que María alabó a Dios—las cuales son tres razones que nosotros podemos alabar a Dios hoy.
- María alabó a Dios porque Él es su Salvador
“Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.” (Lucas 1:46–50)
Al recibir las noticas que daría a luz a Jesús, María no paraba de regocijarse. Es interesante ver que engrandece su alma al Señor y su espíritu se regocija en Dios su Salvador. Ella no se estaba enfocando en sí misma, no estaba pensando en cuán grande era ella.
Ella sabía que no era una mujer que merecía la gran bendición de Dios ni la salvación de Dios que vendría en su vientre. Sabía que era una pecadora que necesitaba un Salvador.
Es tan interesante que esta mujer bendita de Dios, por la cual tenemos mucho respecto, decía que necesitaba un Salvador. Si ella decía en su canto que necesitaba un Salvador, ¿cuánto más necesitamos nosotros un Salvador?
Siempre, es mas fácil pensar en los pecados y fallas de otras personas y no examinar nuestros corazones. ¿Pero cuántos de nosotros no hemos mentido? O ¿no hemos estado enojados con otras personas? O ¿no hemos amado a otras cosas más que a Dios? La Biblia llama estas cosas pecado y el pecado nos separa de Dios. Y dice que Dios—para ser un Dios bueno y justo—tiene que castigar a pecadores, y la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23).
Necesitamos a Jesucristo, el único que puede salvarnos porque es el único que soluciona el problema del pecado. El murió en la cruz, tomando nuestro castigo en Sí para darnos la oportunidad de ser reconciliados con Dios el Padre.
Cristo es el único Salvador; María no era el salvador, necesitaba al Salvador. No podemos salvarnos nosotros mismos. El gobierno no nos puede salvar, ni una vida buena, ni nuestro dinero, y ni un trabajo bueno. Solo Jesús nos puede salvar. María sabía esta verdad y se regocijaba en gran manera.
Si has visto la película Toy Story, vas a conocer los marcianitos con tres ojos. Su frase favorita en la película apoya el sentimiento de María. Hay una escena donde están en una camioneta y Sr. Cara de Papa los salva de caer fuera de la camioneta, y ¿qué dicen? “Nos has salvado; estamos agradecidos.” (En inglés, “You have saved our lives, we are eternally grateful.”)
Si estos marcianitos que no tienen mucho en el cerebro reconocen que la salvación debe motivar nuestro agradecimiento y adoración, ¡cuánto más nosotros debemos alabar a Jesucristo nuestro Salvador, sabiendo que se dio a sí mismo para rescatarnos de la ira de Dios y para perdonar nuestros pecados!
- María alabó a Dios porque Él hace cambios radicales en el mundo
“Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.” (Lucas 1:51–53)
Dios no sólo es un Dios que salva, es un Dios de cambios radicales. No hace las cosas en la manera que el mundo las hace. María misma es ejemplo de esto; era una mujer humilde que Dios exaltó. Ella era una jovencita. Algunos eruditos creen que tenía 13 o 14 años cuando recibió estas noticias. Era probablemente pobre. No era muy especial a los ojos del mundo. No hubiera tenido un montón de seguidores en Instagram, pero a los ojos de Dios era favorecida y bendita.
¿Por qué?
Bueno, el texto no nos dice mucho explícitamente, pero podemos concluir algunas cosas. Dice Hebreos 11:6 que sin fe es imposible agradar a Dios. Si Dios la bendijo a ella, es lógico concluir que tenía fe. También, la canción que ella canta aquí prueba que ella conocía las Escrituras. Ella citó el Antiguo Testamento dos veces y toda la canción es parecida a la de Ana en 1 Samuel 2.
Ella tenía fe y conocía la Palabra de Dios. Esto es lo que Dios quiere de nosotros.
El ejemplo de María nos dice que Dios no valora lo que el mundo valora. Dios no mira lo que mira el hombre, solo lo externo; Dios mira el corazón (también ve 1 Samuel 16:7).
El mejor ejemplo de cómo Dios hace cambios radicales en el mundo es a través de su hijo Jesucristo. El nació como Rey de todo el universo, pero no nació en un palacio de un rey, nació con los animales y su primera cama fue un pesebre sucio. No tenía un ejército grande como otros reyes, tenía una docena de pescadores y otros hombres rechazados de la comunidad. Y él amaba a sus enemigos tanto que dio su vida para rescatarlos.
- Si el favorecimiento de los poderosos y ricos te molesta, regocíjate en lo que María dice aquí, que “Dios quita de los tronos a los poderosos y a los ricos envía vacíos.”
- Si te entristece la manera que personas buenas no reciben la recompensa merecida, regocíjate que Dios va a exaltar a los humildes.
- Si te preocupa la injusticia en este mundo y que no hay castigo por la maldad, regocíjate que Dios va a recompensar a cada uno según lo que merece.
Como María, debemos regocijarnos en la misericordia y justicia de Dios en hacer cambios radicales en el mundo.
- María alabó a Dios porque Él cumple sus promesas
“Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia de la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre.” (Lucas 1:54–55)
Algo que a mi me molesta en las películas de acción es cuando los padres le mienten a sus hijos cuando no saben lo que va a pasar. Por ejemplo, una familia está en una barca que está a punto de hundirse, y hay música tan conmovedora, y el padre dice, “Hijo, ¡todo estará bien! Te prometo.”
¿Cómo sabe el padre lo que va a pasar? No tiene control del mar ni del barco ni de sus enemigos que quieren matarlos, ni de los tiburones que están esperándolos en el mar.
Pero nuestro Dios si tiene control de todo y sí cumple sus promesas.
- Prometió a la humanidad un Redentor después del primer pecado, y mandó a Jesús a este mundo.
- Dios le prometió a Abraham que a través de él, Dios bendeciría todo el mundo, y lo cumplió en Jesucristo quien ofrece salvación a hombres y mujeres de cada nación y lengua en el mundo. (Y por eso menciona María a Abraham en estos versículos.)
- Dios nos promete a nosotros que si confiamos en el Señor Jesucristo, para el perdón de pecados, nos dará perdón y vida eterna.
María entendía las cosas grandes que Dios estaba haciendo en la historia del mundo, y alabó a Dios con todo su corazón.
Es importante mencionar que María reconocía las promesas de Dios porque conocía la Palabra de Dios que señalaba estas promesas. Hay que conocer la Palabra de Dios para entender todo lo que Dios nos ha prometido en Cristo Jesús.
¿Y sabes qué? Tenemos muchas más promesas que María tenía y muchas más razones para alabar a Dios porque Dios va a cumplir cada promesa en Cristo Jesús (2 Corintios 1:20).
¡Que Dios revolucione nuestros corazones mientras recordamos estas grandes verdades que María cantaba!
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