Hace más que cien años, J.C. Ryle compartió estas ocho síntomas[1] de falsa enseñanza que tiene mucha relevancia para la iglesia de hoy. Un síntoma es diferente que una descripción.
- Hay un celo innegable en algunos maestros de error—su “sinceridad” convence a muchas personas que deben estar el lo cierto.
- Hay una gran apariencia de aprendizaje y conocimiento teológico—muchos imaginan que estos hombres tan hábiles y inteligentes debe ser guías seguras.
- Hay una tendencia general a la libertad de pensamiento y la libre investigación en estos últimos días—a muchos les gusta demostrar su independencia de criterio, creyendo novedades.
- Hay un deseo extendido de parecer amable, amoroso, y de mentalidad liberal—muchos parecen medio avergonzado de decir que alguien puede ser equivocado o un falso maestro.
- Hay una cantidad de medias verdades enseñadas por los modernos falsos maestros—siempre usan utilizando palabras y frases bíblicas, con un sentido no bíblico.
- Hay un anhelo para alabanza que es sensacional y entretenimiento—personas son impacientes con la obra invisible y interior de Dios en los corazones de los hombres.
- Hay una disposición superficial para creer a todo que hable ingeniosamente, con amor y sinceridad, olvidando que Satanás se disfraza a menudo a sí mismo como un ángel de luz (2 Cor 11:14).
- Hay una ignorancia entre muchos cristianos profesos—cada hereje que habla ingeniosamente es seguro que será creído, y el hombre que lo pone en duda es llamado un hombre de mente estrecha y sin amor.
J.C. Ryle continua: “Todas estas cosas son síntomas peculiares de nuestro tiempo. Yo desafío a cualquier persona observante a que los niegue. Ellos tienden a hacer lo que los ataques de falsa doctrina en nuestro día particularmente peligrosos. Se hace más que nunca necesario clamar en voz alta: ‘¡No se dejen llevar por doctrinas diversas y extrañas!'” (Hebreos 13:9).
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[1] Puedes encontrarlas en Warnings to the Churches [Advertencias a Las Iglesias en español].
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