Lo que sigue es un manuscrito de un sermón que prediqué en la Iglesia Evangélica de Cuajimalpa en la Ciudad de México. (Escucha el sermón en YouTube.)
¿Cómo respondes a las malas noticias?
- Tal vez son malas noticias en tu propia vida, como un diagnóstico malo.
- Tal vez se trata de ver tanta violencia en nuestra cultura, o ver cómo la cultura ama lo que Dios llama maldad.
- Tal vez alguien que amas te haya hecho mucho daño.
- O, tal vez tu lucha contra el pecado es la fuente de malas noticias en tu vida.
¿Cómo respondes tú? El libro de Génesis nos ayudará a saber cómo quiere Dios que respondamos a las malas noticias de la vida. Si tienes tu Biblia, por favor busca el libro de Génesis, y en este sermón veremos el mensaje central del libro de Génesis desde una perspectiva de 10,000 metros de altura.
Quiero ver el libro de esta manera porque muchas veces cuando leemos la Biblia, perdemos de vista el bosque por concentrarnos en los árboles. Es decir, observamos porciones pequeñas y versos singulares de la Biblia en vez de saber lo que comunica un libro entero. Esto es especialmente cierto en Génesis.
Cuando muchas personas piensan en Génesis, piensan en cosas buenas como debates de la Creación contra la Evolución. Preguntan sobre la edad del mundo. O, piensan en historias sobre Abraham, Isaac, y Jacob que pueden parecernos aleatorias y confusas. A veces perdemos la historia.
Para ver tanto el bosque como los árboles, debemos preguntar: “¿Por qué el autor de Génesis, Moisés, escribió este libro? ¿Y qué cambio quería en su audiencia?”. La comprensión de estas preguntas nos ayudará a saber cómo aplicamos el mensaje de Génesis a nosotros mismos hoy.
Toda cosa escrita tiene una respuesta esperada. Un anuncio quiere que compremos su producto o servicio. Si le escribo a mi esposa una carta de amor, tengo un propósito específico para esa carta: quiero que ella sienta mi amor y no solo que lea la carta y diga “esta es información útil” y la tire a la basura.
Es lo mismo para los libros de la Biblia: Dios quiere transformarnos de cierta manera.
Descubrir cuál es la línea melódica de un libro de la Biblia
La organización con que trabajo a menudo compara la idea principal de un libro de la Biblia y su respuesta esperada con la “línea melódica” de una canción. Las grandes composiciones musicales vuelven a una melodía clave que se repite una y otra vez a lo largo de la canción, y tiene la intención de extraer una cierta respuesta. A menudo es evidente en películas que tienen melodías que ayudan en contar la historia.
Para ilustrar, piensa en la película Jurassic Park y su canción principal. ¿Cómo respondes a la canción cuando estás viendo la película? Ves pterodáctilos volando y dinosaurios gigantes andando por la tierra—y para mí—la canción produce el sentido de asombro.
Al igual que hay una línea melódica y una respuesta esperada para la canción de Jurassic Park, hay una línea melódica y una respuesta esperada de Génesis. Y viendo el libro con esta línea melódica es como tener lentes que aclaran la historia y sus detalles.
Para entender el libro, primero necesitamos saber qué sucedió en el contexto que recibió el libro de Génesis.
Moisés escribió Génesis para Israel mientras deambulaban por el desierto miles de años antes de Cristo. Dios acababa de salvar a Israel milagrosamente de la esclavitud en Egipto y los condujo a través del Mar Rojo en camino hacia la Tierra Prometida.
Durante este tiempo sabemos que se contaminaron con la idolatría, hicieron el becerro de oro y lo adoraron. Incluso cuando llegaron a la Tierra Prometida, fueron tentados a adorar a los dioses falsos de los cananeos. Israel estaba desanimado y cansado, y el mensaje de Génesis tenía el propósito de alentar al pueblo de Dios a confiar en Dios y sus promesas durante los tiempos difíciles.
En este mensaje vamos a recorrer Génesis en tres partes principales: Génesis capítulos 1-3, 4-11, 12-50 antes de aplicar el mensaje a nosotros hoy.
Tengo tres objetivos para este mensaje:
- Que desees leer Génesis esta semana.
- Que te enamores más de la historia de la Biblia. Génesis lanza la trayectoria de la Biblia, una trayectoria que atraviesa todo el Antiguo Testamento, la vida, muerte y resurrección de Cristo, y nos lleva al Apocalipsis.
- Que la línea melódica de Génesis siga resonando en tu mente. ¡Muchas veces las canciones que no nos agradan son las que más se repiten en nuestras mentes! Quiero que el canto del Evangelio que veremos en Génesis siempre esté en nuestras mentes.
Génesis 1-3 enseña que el pecado trajo la maldición al mundo bueno y bendecido por Dios.
Génesis comienza describiendo la creación con un patrón que ocurre en los días de la Creación.
- Dios hizo que cada parte de la creación existiera con solo hablar: luz, oscuridad, tierra, mar, estrellas, lunas, plantas, criaturas marinas, animales.
- Luego dijo: “Y fue así”. La palabra hablada de Dios fue efectiva para lograr Sus propósitos.
- Dios evaluó su obra en la creación, “Y Dios vio que era bueno”.
Los primeros cinco días de creación mantienen este patrón, pero el Día Seis añade algo importante. Después de declarar que la creación de los animales era buena en 1:25, 1:26, describe luego la creación del hombre en la imagen de Dios.
El hombre es diferente del resto de la creación con más valor, dignidad, capacidad y responsabilidad. Dios le dio al hombre dominio sobre la creación. Dios le dio al hombre la comisión de ser fructífero y multiplicarse para llenar la tierra con hombres y mujeres creados en su imagen que reflejarían la gloria de su Creador y disfrutarían de una relación íntima con Él.
Después del día seis, la evaluación de Dios de su creación no era simplemente que era buena. Miren Génesis 1:31—era bueno en gran manera. La humanidad hecha a imagen de Dios sirve como el pináculo de la creación. Dios bendijo a la humanidad y en el séptimo día descansó de su obra creativa.
El capítulo dos se enfoca en la creación del hombre para decirnos que el Señor Dios hizo al hombre del polvo, le dio el buen regalo de trabajar en el jardín y le dio a él una mujer para que fuera su esposa y ayuda idónea. Dios también dio un mandato de no comer la fruta del árbol del conocimiento del bien y del mal (2:16-17).
Lamentablemente, este paraíso de Génesis 1–2 no duró. En Génesis 3, el hombre y la mujer escucharon la voz de la serpiente, desobedecieron el mandato de Dios y, al hacerlo, se rebelaron contra su Creador.
El pecado de Adán y Eva era una rebelión flagrante contra el Dios del universo que les había dado tanto. Su rebelión trajo la maldición del pecado al mundo, algo que nos afecta a cada uno de nosotros hoy. Porque Dios es justo y santo, tiene que castigar a los pecadores, y por eso reparte el castigo en 3:14-19.
Debido al pecado, muchas de las cosas hermosas que Dios había hecho en la creación fueron revertidas.
- En lugar de bendecir (Génesis 1:22, 28, 2:3), la tierra fue maldecida (Génesis 3:17).
- La tarea de la humanidad de ser fructífera y multiplicarse (1:28), es decir, tener muchos hijos—1:28, todavía sería posible, pero tener hijos se haría con mucho dolor (Génesis 3:16).
- El hombre debía trabajar la tierra (Génesis 1:26, 2:5); ahora su trabajo sería doloroso con espinas, cardos, y sudor (Génesis 3:17–18).
- Dios creó al hombre del polvo (Génesis 2:7); y la sentencia del pecado es volver al polvo en la muerte (Génesis 3:19).
El pecado parece desentrañar los buenos propósitos de Dios para este mundo. Y trae un dolor terrible.
He escuchado la comparación de que el pecado original es como dejar caer un pastel hermoso en el suelo. Intentas recoger el pastel para restaurarlo a su belleza y pureza original, ¿pero quién quiere comer un pastel que está hecho pedazos en el piso sucio? ¿Cómo puede la humanidad rehacer ese pastel de nuevo? ¡No puede!
El pecado también mancha lo que significa ser creado en la imagen de Dios. Éramos como hermosos retratos colgados en una galería de arte que han sido pintados con spray por vándalos. Somos al mismo tiempo obras hermosas, pero somos también profundamente defectuosos.
Debido a su pecado, Dios echó a Adán y Eva del jardín y de Su presencia.
Y sin embargo, vemos esperanza. En todo el Génesis, vemos la tierna misericordia de Dios, incluso a través del juicio. En Génesis 3:15, parte del castigo de Dios a la serpiente incluye la promesa de un Redentor: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
Esta promesa de una descendencia para aplastar la cabeza de Satanás impulsa la historia de toda la Biblia y es algo que debemos tener en mente mientras vemos Génesis. Un Redentor viene.
Génesis 4–11 – El pecado se extendió entre los descendientes de Adán y Eva, trayendo juicio. Pero aun en el juicio, Dios está trabajando para cumplir sus propósitos buenos y redentores.
Aprendemos en Génesis 4-11 que el pecado es un poder que busca dominarnos y destruirnos.
Al comienzo del capítulo 4, Adán y Eva se regocijaron en el nacimiento de su primer hijo, Caín, posiblemente preguntándose: “¿Podría ser él el Redentor prometido?” Pero pronto se dieron cuenta de que su primera descendencia sería el primer asesino. Su corrupción se extendió a él y a todos sus descendientes.
El Capítulo 5 continúa con una genealogía de Adán y sus descendientes; ¿Podría el Redentor prometido llegar pronto? Pero los primeros 18 versículos del capítulo 5 decepcionan. Al leer su genealogía, las ocho repeticiones de “y murió” le recuerdan de la maldición del pecado.
A medida que el hombre se multiplicó en la tierra, el pecado también se multiplicó, forzando la conclusión de Dios en Génesis 6:5,
“El Señor vio que la maldad del hombre era grande en la tierra, y que cada intención de los pensamientos de su corazón era sólo el mal continuamente“.
Esto entristeció tanto el corazón de Dios que decidió juzgar la tierra y aniquilar a todas las personas con un diluvio mundial, todas las personas excepto un hombre justo y su familia, un hombre llamado Noé.
Ya sabes la historia. Noé construyó un arca, vinieron las lluvias y la tierra se inundó. Dios destruyó la humanidad pecadora. Después de salvar a Noé y a su familia en el arca, la familia de Noé salió del arca y Dios le dijo a Noé algunas palabras familiares en Génesis 9:1. Él bendijo a Noé y dijo: “Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.”
En este punto de la historia, parece que Noé es Adán 2.0, obteniendo una segunda oportunidad de cumplir el mandato que Dios le dio a Adán en Génesis 1.
Y un lector que no conoce el resto de la historia probablemente piensa que Noé es el Redentor prometido de Génesis 3:15. Mira hacia atrás en Génesis 5:29, el padre de Noé le dio el nombre de Noé, que significa descanso, y luego comparte estas palabras que hacen eco de la maldición y la promesa de Génesis 3: “Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo” (Génesis 5:29). Se suponía que Noé era el Redentor. Desafortunadamente, Noé también fue una decepción.
La segunda mitad del capítulo 9 cuenta del pecado de la borrachera de Noé y los actos vergonzosos que su hijo cometió contra él. El primer hombre Adán pecó con la fruta del árbol; el supuesto segundo Adán, Noé, pecó con la fruta de la vid. (Creo que el énfasis del autor en la desnudez y la vergüenza de Noé era porque quiere que el pecado en el jardín le venga a la mente.) Incluso entre las personas “buenas”, el pecado causó problemas. Necesitan un Redentor.
Seguidamente en la historia de Génesis después de una genealogía que describe cómo los descendientes de Noé llenaron la tierra, se encuentra la historia de la Torre de Babel. En este episodio, la humanidad trataba de luchar contra los propósitos de Dios de llenar la tierra. Es muy interesante ver lo que los constructores de Babel dicen en 11:4:
“Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.”
Intentaron luchar contra los propósitos de Dios desde la creación de llenar la tierra, y en el juicio, Dios confundió sus idiomas y los dispersó por toda la tierra.
Amigos, sepan esto: No pueden luchar contra Dios. No van a ganar. El juicio vendrá.
Saltando a Génesis 50
Ahora hemos llegado a una parte importante de la historia de Génesis y voy a hacer algo que probablemente te dijeron que no hicieras en la escuela: pasar al último capítulo para ver cómo termina la historia. Eso es útil cuando leemos la Biblia porque podemos ver la trayectoria que se traza desde el principio hasta el final.
Ahora, hemos avanzado rápidamente a través de Abraham, Isaac y Jacob, y ahora llegamos a la conclusión de la historia de José.
¿Alguna vez te has preguntado por qué Génesis, un libro de 50 capítulos, solo tiene dos capítulos sobre la Creación, mientras que José tiene 13 capítulos? No fue por casualidad.
José sufrió un dolor tremendo. Sus hermanos lo vendieron como esclavo en Egipto, y luego fue acusado falsamente y encarcelado varios años en la tierra extraña de Egipto. Y, sin embargo, Dios estaba con él y lo bendijo a pesar de que había padecido mucho por el pecado de otras personas, y Dios le dio un puesto de poder en la poderosa nación de Egipto. Y al final, salvó la vida de su familia y de muchas personas durante una gran hambruna.
Todo el libro de Génesis está moviéndose hacia las palabras que José compartió con sus hermanos en Génesis 50:20 LBLA:
“Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo cambió en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente.”
- Después de la creación en Génesis 1, Dios evaluó su obra y dijo que lo que hizo era bueno.
- Aquí en Génesis 50, después de que el pecado humano distorsionó la creación de Dios y aparentemente sus propósitos para el mundo, Dios evaluó su obra interactuando con la humanidad pecadora y dijo que era bueno.
La idea central del Génesis, o la melodía que se repite a través de todo el libro, es que: A pesar del gran mal, nuestro Dios Creador cumplirá Sus promesas a nosotros y cumplirá Sus propósitos buenos y redentores para el mundo.
Regresemos a Génesis 12 y veamos cómo se desarrolla esta idea central en Génesis 12-50 antes de aplicar este mensaje a nuestras vidas.
Génesis 12–50 enseña que el pecado no tendrá la última palabra porque Dios tiene un plan imparable para restaurar la bendición y hacer el bien.
Al final del Capítulo 11, sabemos que el mundo después del diluvio y de la Torre de Babel estaba creciendo en población y todavía era muy pecaminoso, cortado de la bendición de Dios.
Dios quería restaurar la bendición en la tierra y decidió hacerlo a través de un hombre, Abram / Abraham. Mientras que los capítulos 4–11 se enfocan en el mundo entero: toda la humanidad, un diluvio global, e implicaciones globales de Babel, ahora Génesis se enfoca en un solo hombre y su familia.
En Génesis 12:1-3, Dios le dio a Abraham una promesa que transformaría la historia del mundo:
“Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”
Dios hizo un pacto con Abraham aquí (y se expande un poco en Génesis 15 y 17). Hay tres puntos principales de este pacto que Dios hizo con Abraham:
- Descendientes: Abram sería una gran nación, tan innumerables como la arena en la orilla del mar o las estrellas del cielo.
- Existe la promesa de tierra: esta es la “tierra prometida.”
- Bendición, no solo serían bendecidos Abraham y su familia, sino que serían el canal a través del cual Dios bendeciría a cada nación en la tierra.
Grandes promesas…Solo había un problema: Abraham no tenía hijos y su esposa Sara era estéril. ¿Cómo va a tener descendencia? ¡Cuando Abraham escuchó esta promesa por primera vez, tenía 75 años!
Abraham: un hombre de fe en las promesas de Dios
Cuando era niño, la historia de Abraham no fue muy interesante para mí. Quiero decir, él no hizo ningún milagro asombroso, no era como Moisés al sacar de Egipto a Israel, solo era un viejo vagando en el desierto. Pero a medida que he madurado y sufrido más en la vida, he llegado a ver cuán asombrosa y milagrosa es la verdadera fe en las promesas de Dios, especialmente cuando es una situación difícil.
Dios llamó a Abraham a dejar a su familia, su patria, y su cultura. Y en respuesta a las promesas que Dios le hizo, Génesis 15:6 dice:
“Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.”
Él le creyó a Dios, pero fue difícil. Tenía que esperar y confiar. Esperó 25 años para que Dios cumpliera la promesa de un hijo.
¿Alguna vez has tenido que esperar en Dios por años y años y años? ¿Es fácil? No.
En un momento, Abraham y Sara intentaron forzar la mano de Dios y dejar que Abraham tuviera un descendiente a través de la sirvienta fértil, Agar, porque Sara era una anciana, pero ese no era el plan de Dios.
La fe imperfecta de Abraham se muestra también en Génesis 12 cuando le dijo a Faraón en Egipto que Sara era su hermana, no su esposa. Faraón entonces vio su hermosura y la tomó para sí.
Pero, ¿cómo podía Abraham tener un descendiente si estaba regalando a su esposa a otros hombres? No podía. Es interesante que Abraham no arregló la situación, sino Dios intervino para preservar sus propósitos. Dios envió una plaga en Egipto que no paró hasta que Faraón devolvió a Sara.
Casi la misma cosa sucedió de nuevo en Génesis 20 en un lugar diferente y Dios nuevamente preservó sus propósitos para su descendencia al hablar al rey en un sueño y decirle que debía devolver a Sara.
Dios no permitió que sus promesas redentoras fueran descarriladas y cumplió su promesa en el nacimiento de un descendiente, Isaac, a pesar de que tomó 25 años de espera.
Imagine la alegría de Abraham y Sara, que tenían más que 90 años, con el hijo de promesa Isaac en sus manos, la prueba visible y tangible de que Dios cumple sus promesas aun cuando parece imposible.
Luego, imagine a Dios pidiéndole algunos años más tarde que pusiera a este niño prometido en el altar como un sacrificio a Dios. Eso es lo que sucedió en Génesis 22 y era una prueba gigante para la fe de Abraham. ¿Puedes imaginar la confusión interna que enfrentó Abraham? Abraham confió en Dios incluso cuando parecía que Dios iba en contra de sus propias promesas. ¿Cómo? Hebreos 11:19 nos dice: Abraham creyó que Dios podía resucitar a Isaac de la muerte. Sabía que Dios no abandonaría sus promesas y que podemos confiar en Él a través de todo.
¿Hermanos, no quisieran una fe así? ¡Yo quiero fe así!
La Historia de Isaac: De tal palo, tal astilla
La historia continua en Génesis 24. Isaac crece y llega a la edad de casarse. Abraham tuvo la idea de mandar un siervo a buscar una esposa para su hijo—y era sumamente importante que ella deseara salir de su tierra para casarse con Isaac—¿por qué? —porque los descendientes de Abraham tenían que vivir en la Tierra Prometida no en otro lugar.
Entonces el siervo hizo la jornada y encontró a una mujer llamada Rebeca en un pozo y sabía que Dios lo había guiado a ella. No podemos meternos en todos los detalles de la historia, pero es evidente si lees Génesis 24 que Dios obró y proveyó a Rebeca para Isaac. Y si ustedes dudan que Dios proveyó a Rebeca para Isaac, aun el padre y el hermano de Rebeca confesaron en Génesis 24:50 al siervo de Abraham, “De Jehová ha salido esto…Tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Jehová.”
Después Dios reiteró sus promesas a Isaac en Génesis 26:3–4:
“Estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente…”
La última cosa que diré acerca de Isaac es que era muy similar a su padre—tenía fe en las promesas de Dios, recibió grandes promesas—y también hizo otras cosas igual a su padre.
En Génesis 12, después de recibir la gran promesa de Dios, Abraham dijo al Faraón de Egipto que su esposa era su hermana, y aquí justo después de escuchar que Dios iba a dar a Isaac las mismas promesas, Isaac temía al rey Abimelec y le dijo que su esposa era su hermana. E igual a las situaciones de su padre, Dios tuvo que intervenir. El rey miró por una ventana, “vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer” (Génesis 26:8). ¡Hermanos no actúan así! Y decidió no tomarla para sí. Dios preservó sus propósitos porque la descendencia necesitaba continuar para el Redentor Prometido.
La Historia de Jacob: El Engañador engañado, luego, bendecido
Isaac pasaría la batuta del pacto de Dios a su hijo, Jacob, quien más tarde se convertiría en Israel. El nombre de Jacob significa “engañador” y es un nombre apropiado. Jacob le quitó a su hermano su derecho de nacimiento y a la bendición de su padre. Su hermano Esaú se enojó tanto que Jacob tuvo que huir por su vida.
En el desierto, huyendo de su hermano, Dios le habló a Jacob y confirmó su pacto:
“Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.” (Génesis 28:13–14)
Jacob continuó su camino y llegó a un pozo. Y, ¿saben quién lo encontró? La mujer que sería su esposa, Raquel.
Ahora la historia de Jacob cambia a ser muy irónica. Porque Jacob, el que engañaba—era parte de su nombre—ahora su suegro Labán le engañaba a él, aprovechándose de las bendiciones que Dios le había dado a Jacob.
Un día Jacob decidió “¡Basta!” y huyó de Laban con su familia en temor por sus vidas, y Dios le habló a Labán en un sueño y le dijo que no debía tocar a Jacob porque era el hijo de la promesa (Génesis 31:24, 29). ¿Ven un tema aquí?
El resto de Génesis se enfoca en los 12 hijos de Jacob / Israel, con José en el centro de la historia.
Si recuerdas la historia, los hijos de Jacob eran muy malos—aun criminales. Estos son los bisnietos de Abraham, hijos de la promesa, y
- Dos de ellos (Simeón y Levi) asesinaron a un pueblo entero tomando venganza por la violación de su hermana. (Génesis 34)
- Rubén se acostó con la concubina de su padre. (Génesis 35)
- Los hermanos de José lo vendieron como esclavo por su odio hacia él porque José—quien era el favorito de su padre—les compartió un sueño que tuvo donde veía que toda su familia se arrodillaba ante él. (Génesis 37)
- Judá embarazó a su nuera, a quien confundió con una prostituta. (Génesis 38)
Esta es la familia que Dios eligió para ser el vehículo para traer bendición al mundo. ¿Cómo puede ser?
La Historia de José: El hijo amado, esclavo odiado, y salvador
Después de ser vendido como esclavo, José se encontró en Egipto como sirviente en la casa de un hombre poderoso. Génesis 39 dice que Dios estaba con José y hacía que todo lo que tocaba prosperara.
Las cosas estaban yendo bien para José y parece que la promesa de bendecir a las naciones podría cumplirse. Y luego una falsa acusación lo llevó a la cárcel. Pero incluso en la cárcel, Dios estaba con José. Dios lo bendecía y hacía que fuera una bendición para los demás. ¡Esto sí suena como un bisnieto de Abraham!
El tiempo de José en la cárcel no fue un desperdicio. La prisión era el lugar donde Dios ordenó que interpretara el sueño del copero encarcelado por el faraón. Y luego, dos años después, el mismo copero recomendó a José, el intérprete de sueños, a Faraón cuando tuvo un sueño angustioso. Entonces el Faraón convocó a José, quien le explicó que su sueño predecía una gran hambruna que iba a suceder en todo el mundo.
Faraón recompensó a José promoviéndolo a servir como su mano derecha y le encargó que almacenara provisiones de alimentos para los próximos siete años de hambruna que el sueño predijo.
La hambruna llegó justo como el sueño predijo y golpeó a todo el mundo conocido, incluso llegando a donde vivía la familia de José. Entonces, la familia de José viajó a Egipto para conseguir comida, y ¿a quién se acercaron para recibir comida? A su hermano perdido, a quien ellos habían vendido años antes como esclavo, José. Y José, con su posición de poder y almacenes gigantes, salvó la vida de muchas personas, aun su propia familia, la familia de la promesa.
Hay algunas líneas de diálogo que interpretan la historia para nosotros y nos muestran que José sabía que Dios era el autor de esta historia triste pero maravillosa. En el capítulo 45, dijo a sus hermanos “no me enviasteis acá vosotros, sino Dios“ (8) y “para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (5). 50:20: “Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo cambió en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente.“
Este es el mensaje de Génesis: A pesar del gran mal, nuestro Dios Creador cumplirá Sus promesas a nosotros y cumplirá Sus propósitos buenos y redentores para el mundo.
Dios cumplió sus propósitos buenos y redentores a través de José, el hijo amado por su padre, el mismo que fue maltratado por sus hermanos, el que vivió rectamente en un mundo pecaminoso, que sufrió bajo la mano de los pecadores, en humildad fue exaltado a un lugar alto y fue capaz de alimentar y salvar a todos los que acudían a él.
¿Te suena familiar esta descripción de José? A pesar de que Génesis fue escrito al menos 1.400 años antes del nacimiento de Jesús, el Espíritu Santo inspiró a Moisés a trazar estos paralelos para señalar a Jesucristo. Porque:
- Jesucristo es el verdadero y mejor Adán.
- Jesucristo es el Redentor prometido de Génesis 3:15.
- Jesucristo es el descendiente de Abraham que trae la bendición de Dios a toda la tierra y nosotros somos los descendientes de Abraham por fe en Cristo.
- Y, por supuesto, Jesucristo es el ejemplo supremo de Dios obrando sus propósitos redentores en el mundo a pesar de la gran maldad.
Como dice Génesis 3:15, el diablo golpeó el talón del Prometido clavándole en una cruz, pero Jesucristo, el Prometido aplastó la cabeza de Satanás al derramar Su sangre como un sacrificio expiatorio por nuestro pecado. Luego resucitó de los muertos victorioso sobre el enemigo, trayendo salvación, perdón de pecado y restauración a la presencia de Dios por el Espíritu a todos los que en él creen.
Y en Cristo, esperamos la suprema Tierra Prometida una tierra no manchada por el pecado—un cielo nuevo y una tierra nueva donde Dios morará con su pueblo y donde no habrá más maldición, dolor, sufrimiento, o muerte. Y hasta que estemos allí, Dios promete transformar todas las cosas para el bien de aquellos que lo aman (Romanos 8:28).
Hermanos y hermanas, Dios es poderoso para cumplir sus propósitos redentores en el mundo y es fiel para cumplir sus promesas. En Jesucristo, todas las promesas de Dios son “¡Sí!” Y “¡Amén!” (2 Corintios 1:20). Todos los buenos propósitos de Dios para el mundo y para ti se cumplirán en Él.
3 aplicaciones para el mensaje de Génesis.
- Confiar en nuestro Creador Soberano, incluso cuando todo parece perdido.
Israel necesitaba el mensaje del Génesis mientras deambulaban por el desierto. Habían visto la salvación de Dios al rescatarlos de Egipto, pero no sabían lo que Dios estaba haciendo. Sería fácil recurrir a otros dioses en lugar de mirar con fe y confianza a su Creador y Salvador. Y para nosotros, es fácil servir ídolos en tiempos difíciles en vez de confiar en nuestro Creador Soberano.
Pero Génesis nos muestra que los buenos propósitos de Dios prevalecerán incluso si tardan mucho en llegar.
Recuerdo cuando mi madre falleció de cáncer y fue a estar con el Señor en 2016, nuestro pastor visitó a nuestra familia y dijo: “Es difícil ver por qué sucedió todo esto ahora, pero podrán regocijarse en la sabiduría y soberanía de Dios por toda la eternidad diciendo: ‘Señor, sabías lo que estabas haciendo todo el tiempo’.”
¿Te das cuenta de que en la eternidad, vamos a poder decir eso por cada situación difícil en nuestras vidas? Cuando nuestra fe es débil, Dios es fuerte y fiel.
Antes de seguir adelante, permítanme hablar a ustedes que no conocen a Jesucristo. Quizás la vida es realmente difícil. Tal vez usted está herido, o tal vez ha causado daño en la vida de otros. Sabe que en Jesucristo, y solo en Jesucristo, hay esperanza para hoy y para la eternidad. Él ofrece perdón completo de los pecados y la reconciliación con el Dios contra quien ha pecado. Sin Jesucristo, usted va a tener que ser castigado eternamente por sus pecados. Pero hay salvación y perdón en Cristo Jesús. Las cosas maravillosas que he mencionado en este sermón solo están disponibles para aquellos que confían en Jesucristo para la salvación. Confía en Él hoy.
- Encuentra tu alegría en Dios y no en tus circunstancias.
Es posible que la experiencia de José en la cárcel haya resonado con tu experiencia. Te despiertas cada día y sientes que Dios te ha abandonado. Es muy fácil vivir una vida donde nuestras emociones fluyen de las circunstancias en lugar de las promesas de Dios.
Pero al igual que José, no sabemos la imagen que Dios está pintando en nuestras vidas. José pasó al menos dos años en prisión sin saber si alguna vez saldría. Dios no había escrito el último capítulo de su vida, y Dios no ha escrito el último capítulo de tu vida.
Cuando pienso en la alegría que podemos tener en Dios, pienso en la mujer samaritana que Jesús conoció en Juan capítulo 4, en un pozo llamado el Pozo de Jacob.
Me imagino que esta mujer había sufrido mucho en su vida. Me imagino que tenía sed espiritual porque Jesús le dijo que tenía cinco maridos diferentes y que el hombre con quien estaba viviendo no era su esposo.
Entonces Jesús vino y le habló acerca del agua que Él provee:
Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. (Juan 4:13–14)
Lo interesante de este episodio es que nos hace pensar en Isaac y Jacob en Génesis quienes encontraron a sus esposas en un pozo. La diferencia es que Jesús no era el esposo terrenal de esta mujer. Pero si, como su séptimo esposo—siete es el número bíblico de perfección—es el esposo de su esposa, la iglesia.
Me encanta la manera que la samaritana respondió: corrió por todos lados anunciando lo que Jesús hizo por ella.
Y lo bueno para todos nosotros que creemos en Cristo es que el gozo que ella experimentaba al conocer a su Creador, es nuestro en Cristo Jesús.
Nuestros ojos deben fijarse en el Autor y Consumador de nuestra fe y no en nuestras circunstancias, especialmente en el sufrimiento. Él es la fuente de mayor alegría.
Por último,
- El mensaje de Génesis puede ayudarnos a perdonar a las personas que nos han perjudicado.
Tal vez te cuesta perdonar a alguien que te lastimó. Tal vez esta persona literalmente arruinó tu vida como lo hicieron los hermanos de José con él.
Cuando te das cuenta de que Dios puede usar el mal para Sus propósitos redentores, podemos soltar la amargura y la ira hacia aquellos que nos han lastimado.
Sabe que Cristo te ofrece paz y reconciliación. Nosotros perdonar como Cristo nos ha perdonado (Efesios 4:32). No fue fácil para José y no es fácil para nosotros, pero el perdón es posible cuando recordamos que, a pesar de la gran maldad, el Dios Creador cumplirá sus promesas a nosotros y cumplirá Sus propósitos buenos y redentores en el mundo.
Una oración
Padre, ver tu poder y fidelidad en la historia nos sorprende. Señor, queremos vivir por fe. Queremos vivir como adoradores. Queremos ser tus manos de bendición para el mundo que está quebrantado por el pecado. Que tu verdad moldee nuestros corazones hacia un mayor temor de ti, un mayor odio al pecado, una mayor actitud perseverante, y una mayor anticipación de las glorias que nos esperan por toda la eternidad. En el nombre poderoso de Jesús, AMÉN.