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Biblia y Teología

Las Oraciones del Apóstol Pablo en La Biblia | Lista Completa

14/11/2017 by kevin 1 Comment

Las Oraciones del Apostol Pablo en la Biblia | Lista Completa

Una manera buena de aprender cómo orar es estudiar las oraciones bíblicas. Aprendemos de su enfoque, sus peticiones, y lo que no piden en oración.

Dios nos ha dado un tesoro en el Nuevo Testamento en las oraciones de Pablo. Es un mentor fiel en cómo orar inspirado por el Espíritu Santo. Estudia sus palabras y ve la transformación de tus oraciones.

Recursos Recomendados:

Libro: Un Llamamiento a La Renovación Espiritual: Las Prioridades de Pablo y Sus Oraciones por D.A. Carson

Estos sermones por D.A. Carson (en ingles)

Artículo: 8 Lecciones de la escuela de la oración por D.A. Carson

Libro: Lessons from the Apostle Paul’s Prayers por Charles Spurgeon

Ocho libros recomendados acerca de la oración

Lista Completa de Cada Oración de Pablo en La Biblia

“Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo. Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.” Romanos 1:8-10

“Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.” Romanos 10:1

“…gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración…” Romanos 12:12

“Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. ” Romanos 15:5-6

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Romanos 15:13

“Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta; para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.” Romanos 15:30-33

“Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” 1 Corintios 1:4-9

“La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.” 1 Corintios 16:23

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.” 2 Corintios 1:3-7

“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” 2 Corintios 2:14-16

“Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. ¡Gracias a Dios por su don inefable!” 2 Corintios 9:12-15

“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” 2 Corintios 12:7-9a

“Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros seamos como reprobados. Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad. Por lo cual nos gozamos de que seamos nosotros débiles, y que vosotros estéis fuertes; y aun oramos por vuestra perfección.” 2 Corintios 13:7-9

“Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.”  Gálatas 6:18

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. . . .” Efesios 1:3ff

“Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” Efesios 1:15-23

“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” Efesios 3:14-21

“[orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;] y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.” Efesios 6:19-20

“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:3-6

“Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.” Filipenses 1:9-11

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. ” Filipenses 4:23

“Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.” Colosenses 1:3-14

“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar.” Colosenses 4:2-4

“Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.” 1 Tesalonicenses 1:2-3

“Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos, los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.” 1 Tesalonicenses 2:13-16

“Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe? Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” 1 Tesalonicenses 3:9-13

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” 1 Tesalonicenses 5:23-24

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.” 1 Tesalonicenses 5:28

“Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás; tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis…” 2 Tesalonicenses 1:3ff

“Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.” 2 Tesalonicenses 1:11-12

“Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, 17conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.” 2 Tesalonicenses 2:16-17

“Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado. Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.” 2 Tesalonicenses 3:2-5

“Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.” 2 Tesalonicenses 3:16

“Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio.” 1 Timoteo 1:12

“Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo…” 1 Timoteo 2:1-6

“Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:3-7

“Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas, sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Éfeso, tú lo sabes mejor.” 2 Timoteo 1:16-18

“El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén.” 2 Timoteo 4:22

“La gracia sea con todos vosotros. Amén.” Tito 3:15b

“Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, 5porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; 6para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. 7Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.” Filemón 4-7

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.” Filemón 25

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¿Qué tan Importante es la Renovación de Su Mente? Resultados de Estudio de Investigación

17/10/2017 by kevin Leave a Comment

¿Qué tan Importante es la Renovación de Su Mente? Resultados de Estudio de Investigación

Hace varios años, un médico decidió estudiar la salud y la vida espiritual psicológica de los estudiantes del seminario en una universidad evangélica. Los resultados se dividieron en tres grupos: aquellos con una salud mental excepcional y un alto nivel de madurez (Grupo A), los que tenían una salud mental y madurez normal (Grupo B), y los que tenían conflicto psicológico significativo y un dolor emocional (Grupo C).

Los datos de las pruebas psicológicas se analizaron con el estudio de la vida espiritual que produjo algunos resultados inesperados.

“Cuando llegaron los resultados, en un principio me sorprendió y me decepcionó. Los seminaristas que habían sido cristianos por muchos años sólo fueron ligeramente más saludables y más felices que aquellos que habían aceptado a Cristo en los últimos uno o dos años. Incluso la diferencia no fue estadísticamente significativa,…

… Sin embargo, mi decepción se convirtió en gozo. Aprendí una de las lecciones más valiosas de mi vida cuando encontré el factor que hacia la diferencia.

Ese factor fue la meditación de la Escritura.

Los estudiantes que practicaban la meditación de la Escritura casi a diario durante tres años o más fueron significativamente más sanos y más felices que los estudiantes que no meditaban en las Escrituras diariamente.

Además, fueron significativamente más sanos y más felices los estudiantes que habían meditado en las Escrituras todos los días por menos de tres años. “

Paul Meier, MD, resume sus hallazgos con los siguientes puntos:

  • Experimentar la vida cristiana abundante llena de fruto en vez de amargura, depresión y ansiedad depende de una renovación de la mente.
  • Renovar la mente puede provenir de diversas fuentes: la confrontación de un amigo amoroso, la terapia con un consejero cristiano, la convicción del Espíritu Santo, la enseñanza bíblica, y la meditación diaria en la Escritura
  • La renovación de la mente es un proceso continuo que necesita una entrada diaria de Dios y Su Palabra.
  • “La meditación diaria en la Escritura, con la aplicación personal, es el medio más eficaz de obtener gozo, paz y madurez emocional personal.”
  • Por lo general, toma alrededor de tres años de meditación de las Escrituras diariamente para producir la salud mental y felicidad que es estadísticamente superior.
  • Grupo C (caracterizada por el conflicto psicológico y dolor emocional) no mostraba a nadie que meditaba regularmente en la Escritura
  • La mayoría de los estudiantes que meditaban diariamente de las Escrituras estaban en el grupo A (el grupo con una salud superior mental, madurez y felicidad), y algunos estaban en el grupo B (estado normal de salud y de la felicidad)

Estos resultados no deben ser ninguna sorpresa para nosotros, porque Dios promete que es verdad en la Biblia.

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos…Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.” Salmo 1:1–3

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2


Esta historia se encuentra en el libro Renewing Your Mind in a Secular World editado por John Woodbridge.

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Filed Under: Biblia y Teología

8 razones para amar la sana doctrina

02/10/2017 by kevin Leave a Comment

Recientemente hablé con un pastor, el pastor Fernando, que me dijo con gozo que 450 personas dejaron su iglesia de 600. ¿Por qué estaba feliz?

Fernando llevaba años predicando un mensaje de prosperidad y prometiendo sanidad a su iglesia. Y a su redil le encantaba. Pero luego dos de sus hijos murieron en un período corto de tiempo, uno de violencia y el otro de enfermedad. Su mensaje de prosperidad empezó a desmoronarse. ¿Dónde estaba la bendición de Dios? ¿Por qué le estaba pasando esto?

Dios le reveló al pastor Fernando que él estaba predicando un falso mensaje que hizo daño a su congregación y los dejó sin preparación al enfrentarse a la profunda realidad del sufrimiento. Predicar esta doctrina falsa parecía dar resultados a corto plazo, pero a la larga estaba llevando a la gente tras riquezas y bendiciones que la Biblia nunca promete, y quitando el enfoque de las promesas mayores de las Escrituras.

La iglesia necesita sana doctrina para poder enfrentar las complejidades de la vida y de la fe.

¿Qué es la sana doctrina?

La doctrina es “enseñanza escritural de verdades teológicas”[1]. Añadir el término sano a doctrina aguza la definición con las ideas de “saludable” o “adecuado”[2]. Por tanto, una definición de lo que la Biblia quiere decir cuando habla de sana doctrina es la siguiente:

La sana doctrina es la enseñanza bíblica y adecuada de verdades teológicas que llevan a la salud espiritual y a vidas transformadas tanto de los individuos como de la iglesia

La sana doctrina debe ser el contenido de cada sermón, de cada estudio bíblico, de cada canción y de cada libro que leamos en la iglesia. Y debemos amarla. Aquí hay 8 razones por qué hacerlo:

1. Debemos amar la sana doctrina porque Dios ama la sana doctrina.

Las Escrituras ordenan que los líderes  “retengan la palabra fiel que es conforme a la enseñanza” y que “sean capaces también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1:9). La sana doctrina fluye de las palabras de Dios y de su voluntad revelada en las Escrituras. Dios nos dio Su Palabra y sana doctrina para que podamos conocerle, amarle, obedecerle, y enseñar a otros acerca de Él y de lo que Él ha hecho por nosotros en Cristo. Amémosla porque le amamos a Él.

2. Debemos amar la sana doctrina porque hace madurar tanto a los individuos como a la iglesia.

La doctrina que no es sana trastorna la fe, extravía a la gente, y finalmente nos hace perder el tiempo, como le sucedió al pastor Fernando. Enseñar sana doctrina lleva a la madurez espiritual, tanto en individuos como en la iglesia en su conjunto (Efesios 4:11-14). Conforme nos alimentamos de sana doctrina, vamos teniendo menos gusto por la teología que da comezón de oír pero que luego nos deja insatisfechos y necesitados de lo que verdaderamente necesitamos. La sana doctrina hace crecer nuestra fe y nos lleva a invertir el tiempo sabiamente para Cristo y Su Reino, haciendo madurar a la gente y a la iglesia a la imagen de Cristo.

3. Debemos amar la sana doctrina porque fluye del evangelio.

En 1 Timoteo 1:11, Pablo dice que la sana doctrina es “según el glorioso evangelio del Dios bendito”. El evangelio es un mensaje para ser proclamado y enseñado. La sana doctrina es la sustancia de la verdadera enseñanza del evangelio. Nuestro amor por el evangelio debería estar fuertemente atado con el amor por la sana doctrina, ya que comunica las verdades del evangelio que traen salvación a los oyentes (1 Timoteo 4:16).

4. Debemos amar la sana doctrina porque nos lleva a la santidad.

1 Timoteo 1:10 nos dice que existe una forma de vivir que es contraria a la sana doctrina. La doctrina correcta está ligada a la manera correcta de vivir, y esto es lo que quiere decir Pablo cuando habla del “pleno conocimiento de la verdad que es según la piedad” (Tito 1:1). La sana doctrina nos enseña acerca de un Dios santo y que está airado con el pecado, pero que nos ama lo suficiente como para sacrificar a Su Hijo en nuestro favor, para librarnos de ese pecado. La sana doctrina de un Dios santo produce gente santa.

5. Debemos amar la sana doctrina porque nos guarda de la falsa doctrina.

Las Escrituras apuntan a tres fuentes de doctrina: los demonios (1 Timoteo 4:1), los hombres (Mateo 15:9), y Dios mismo (Tito 2:10). La sana doctrina fluye de Dios mismo, y es incorruptible y dadora de vida. La sana doctrina es un ancla de verdad que nos guarda de ser “llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina” (Efesios 4:14). El amor por la sana doctrina será un “escudo de verdad” contra las mentiras y las doctrinas del enemigo, que son rampantes hoy día, incluso en muchas iglesias.

6. Debemos amar la sana doctrina porque nos lleva a la acción.

Las Escrituras preparan a los hombres y a las mujeres para toda buena obra (2 Timoteo 3:17). Del mismo modo, una enseñanza sana de las doctrinas de las Escrituras cataliza tanto el servicio como el testimonio, al instalar una convicción profunda y un gozo real en la vida de los cristianos. Escuchar la verdad de las Escrituras enseñada claramente exaltará la misericordia y la gracia de Dios, lo cual hará que estemos agradecidos y obedezcamos Sus mandamientos para ser luz en el mundo y proclamar el evangelio, “adornando la doctrina de Dios nuestro Salvador” (Tito 2:7-10).

7. Debemos amar la sana doctrina porque esto significa amar a Cristo mismo.

Nada me hace tener que contenerme como cuando escucho a los cristianos decir: “no necesito doctrina, ¡solamente quiero amar a Jesús!”. Esta gente no entiende que la doctrina es la que nos habla de Jesús, que es la Verdad hecha carne (Juan 14:6). Jesús vino a predicar (Marcos 1:38). Su predicación incluía comunicar doctrina que proclamaba quién es Él y cómo deben vivir sus discípulos en relación con Él y con el mundo.

8. Debemos amar la sana doctrina porque al final nos lleva a la adoración.

Contemplar las verdades acerca de Dios y Sus obras entre los hombres nos hace maravillarnos con asombro de su bondad (Salmos 107). La adoración no es solamente el resultado de la doctrina: es la razón por la que la doctrina existe. Pablo ejemplifica esto concluyendo una de las porciones más ricas de las Escrituras en cuanto a doctrina con la siguiente doxología: ”¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33).

Dios quiere que la sana doctrina llene la iglesia con creyentes santos, que exalten y proclamen a Cristo y que maduren diariamente en el conocimiento de Dios y la obediencia a Él.

El pastor Fernando ha aprendido mucho desde que dejó de predicar el mensaje de prosperidad y comenzó a centrarse en enseñar las Escrituras. Aunque mucha gente ha abandonado la iglesia, nuevas personas han venido, ansiosas por escuchar la vedad. Los adolescentes que solían sentarse en la parte de atrás de la iglesia y enviar mensajes de texto durante el servicio se han movido ahora a las filas de adelante y han comenzado a servir y a alcanzar su comunidad. Este es un cuadro de la sana doctrina en acción. Enseñar sana doctrina es importante.

El lugar donde comienza la sana doctrina

Aunque estudiar doctrina en la iglesia local es una forma fantástica de crecer, quizás lo más importante que podemos hacer diariamente es estudiar las Escrituras con fidelidad y cuidado. Conforme hemos entrenado a pastores en el programa Pastores Entrenando a Pastores, hemos visto que a menudo el crecimiento en la sana doctrina viene cuando la Palabra derriba las doctrinas que no son sanas, que están enraizadas en un marco teológico defectuoso, en valores culturales específicos, o simplemente en no leer las Escrituras en su adecuado contexto histórico, bíblico y literario.

Prestemos atención al mandamiento de Pablo en 2 Timoteo 1:13 y “retengamos la norma de las sanas palabras que hemos oído, en la fe y en el amor en Cristo Jesús”.


[1] Baker’s Evangelical Dictionary of Biblical Theology

[2]  Entrada para ὑγιαίνω in Louw, Johannes P. and Eugene Albert Nida. Greek-English Lexicon of the New Testament: Based on Semantic Domains. electronic ed. of the 2nd edition. New York: United Bible Societies, 1996.

Publicado originalmente en Coalición por el Evangelio.

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Filed Under: Biblia y Teología

Diferencias Entre La Religión y El Evangelio (Timothy Keller)

31/08/2017 by kevin Leave a Comment

El Pastor de Nueva York Tim Keller me ha enseñado mucho acerca de la vida centrada en el evangelio.

En su libro Iglesia Centrada, hace una comparación entre la religión y el evangelio que diagnostica malas características de una persona viviendo para ganar la aprobación de Dios y también demuestra cómo piensa una persona cambiada por el evangelio de Cristo.

La manera cómo Keller usa la palabra “religión” (69):

La “religión” o moralismo es evitar a Dios como Señor y Salvador desarrollando una rectitud moral para presentársela a Dios en un esfuerzo por mostrar que él nos “debe.”

La manera cómo Keller usa la palabra “evangelio” (69):

El evangelio, sin embargo, nada tiene que ver con desarrollar una justificación que le damos a Dios para que él nos deba; es Dios el que desarrolla y nos da justificación  a través de Jesucristo (1 Co 1:30; 2 Co 5:21).

Una Comparación Rápida Entre Religión y Evangelio (71)

Religión: “Obedezco; luego soy aceptado.”

Evangelio: “Soy aceptado; luego obedezco.”

 

Religión: La motivación se basa en el miedo y la inseguridad.

Evangelio: La motivación se basa en un gozo agradecido.

 

Religión: Obedezco a Dios para conseguir cosas de él.

Evangelio: Obedezco a Dios para conseguir a Dios, deleitarme en él y parecerme a él.

 

Religión: Cuando me critican, me siento enojado o devastado porque para mí es esencial pensar que soy una “persona buena.” Las amenazas a esa imagen de mí mismo deben ser destruidas a toda costa.

Evangelio: Cuando me critican, aunque lucho, no es esencial que piense que soy una “persona buena.” Mi identidad no se fundamenta en mi actuación, sino en el amor que Dios me tiene en Cristo.

 

Religión: Mi vida de oración consiste principalmente en peticiones y solo soy ferviente cuando estoy en necesidad. El objetivo principal de mi oración es controlar las condiciones que me rodean.

Evangelio: Mi vida de oración consiste en momentos abundantes de alabanza y adoración. El objetivo principal de mi oración es tener comunión con él.

 

Religión: La visión de mí mismo oscila entre dos polos. Si—y cuando—vivo a la altura de mis estándares me siento seguro, pero entonces tiendo a ser orgulloso y antipático con la gente que fracasa. Si—y cuando—no vivo a la altura de los estándares, me siento humilde aunque inseguro; me siento fracasado.

Evangelio: La visión de mí mismo no se basa en una visión propia como alguien que alcanza logros morales. En Cristo soy pecador y perdido a la vez, pero aceptado. Soy tan malo que él tuvo que morir por mí, y soy tan amado que él gustosamente murió por mí. Esto me hace ser más humilde y sentirme más seguro, sin ser llorón ni jactancioso.

 

Religión: Mi identidad y valía propias se basan principalmente en lo arduo que trabajo o cuán íntegro soy, por eso debo menospreciar a quienes percibo como perezosos o inmorales. Los desdeño y me siento superior a los demás.

Evangelio: Mi identidad y autoestima se centran en el que murió por sus enemigos, incluido yo. Solo por pura gracia soy lo que soy, por eso no puedo menospreciar a quienes creen o practican otra cosa. No tengo ninguna necesidad interior de ganar argumentos.

 

Religión: Como miro a mi propia calidad o actuación para mi aceptabilidad espiritual, mi corazón fabrica ídolos. Pueden ser mis talentos, mi registro moral, mi disciplina personal, condición social, etcétera. Definitivamente necesito tenerlos para que sean mi mayor esperanza, significado, felicidad, seguridad y fundamento, diga lo que diga que creo acerca de Dios.

Evangelio: Tengo muchas cosas buenas en la vida: familia, trabajo, etcétera, pero ninguna de ellas son fundamentales para mí. No son cosas que definitivamente tengo que tener, por eso hay un límite en cuanto a la cantidad de ansiedad, amargura o depresión que pueden producirme cuando se ven amenazadas o las pierdo.

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Esta información se encuentra en las paginas 69 y 71 de Iglesia Centrada: Cómo ejercer un ministerio equilibrado y centrado en el evangelio en su ciudad por Tim Keller.

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Diez razones bíblicas para memorizar la Escritura

28/08/2017 by kevin Leave a Comment

Diez razones bíblicas para memorizar la Escritura

Imagínate que durante una caminata encuentras un gran tesoro, repleto de oro y diamantes. Dándote cuenta de que es tuyo, ¿saldrías con los bolsillos vacíos? ¿O pensarías en un plan para llevar todo que puedas a tu casa, y después volver por lo demás?

Si suena como un sueño increíble, considera que la realidad para cada cristiano es mucho mejor. La Escritura se describe a sí misma como más deseable que el oro y más dulce que miel (Salmo 19:10) porque contiene la verdad eterna de Dios acerca del universo, y la sabiduría que cubre cada aspecto de la vida. Además, la Biblia es la única cosa que nos puede hacer crecer espiritualmente y entrenarnos perfectamente para el ministerio (2 Timoteo 3:16-17).

Desafortunadamente, muchos creyentes dejan un gran tesoro espiritual en el estante en vez de sembrarlo en sus corazones a través la disciplina de memorización. La Escritura misma provee muchas razones para que la memoricemos. Aquí hay diez.

1. Dios nos llama a memorizar las Escrituras.

Colosenses 3:16 nos ordena que la Palabra de Cristo “habite en abundancia” en nosotros. Deuteronomio 6:4-9 nos ordena dar lugar a la Palabra de Dios en nuestras vidas, guardándola en nuestros corazones para enseñarla diligentemente a nuestros hijos, hablar de ella cuando nos sentamos en la casa y en el camino, y para todo lo que hacemos. Necesitamos conocer la Escritura antes de enseñarla o aplicarla como Dios quiere. No es un mandato gravoso, más bien da vida.

2. Jesús memorizó la Escritura.

Jesús, la Palabra encarnada, conocía de memoria la Palabra escrita. ¡Citó 24 libros del Antiguo Testamento casi 180 veces! Es claro que confiaba en las Escrituras como la autoridad más importante, y como la manera de entender el corazón y propósito de Dios. ¿Por qué no seguiríamos el ejemplo de Jesús en conocer las Escrituras de corazón?

3. Memorizar las Escrituras renueva nuestras mentes y transforma nuestras vidas.

¿Eres una de esas personas que tiene que escribir todo para no olvidarlo? Dios sabe que no podemos recordar sus palabras ni cumplir sus mandamientos sin recordatorios frecuentes. Por esta razón, Él nos manda a renovar nuestras mentes en las Escrituras cada día. ¡Ya escribió para nosotros lo que necesitamos en todo momento!

Guardar la verdad de las Escrituras en nuestras mentes nos ayuda en el proceso transformacional que Dios quiere, “Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente…” (Romanos 12:2).

4. Memorizar las Escrituras nos ayuda en contra de la tentación.

La armadura de Dios solo tiene un arma ofensiva, “la espada del Espíritu que es la palabra de Dios” (Efesios 6:10-20). Dios nos dio la Palabra de verdad para con ella destruir palabras falsas y tentadoras. Cuando el diablo tentó al Señor en el desierto, Jesús usó la espada del Espíritu y el diablo huyó (Mateo 4:1-11). ¡La Palabra tiene poder! Si estás luchando contra un pecado específico, atesora la Palabra en tu corazón para ayudarte no pecar contra Dios (Salmo 119:11).

5. Memorizar las Escrituras nos ayuda a vivir en obediencia.

“¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando Tu palabra” (Salmo 119:9). La memorización de las Escrituras es un método preventivo para ganar contra la tentación, porque andar conforme la Palabra nos ayuda a evitar tentaciones en nuestras circunstancias y nuestros pensamientos.

6. Memorizar las Escrituras trae bendición a nuestras vidas.

Dios conecta su bendición con la meditación continua de su Palabra varias veces en la Biblia. Josué 1:8dice, “Este Libro de la Ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito”. Además, el Salmo 1 describe al que se deleita en la Palabra del Señor como bendito y próspero. Si una persona se deleita en la Palabra, pensaría en la Escritura tanto que partes de ella llegarían a ser memorizadas.

La bendición de Dios no necesariamente será salud, felicidad, o prosperidad material, sino que recibirás lo que permanece y vale más: fuerzas espirituales, esperanza profunda, y comunión con el Creador del Universo y amante de tu alma.

7. Memorizar las Escrituras nos ayuda a animar a otros creyentes más fácilmente.

Uno de los propósitos centrales de la Biblia es animarnos y darnos esperanza (Romanos 15:4). Por esta razón Pablo exhorta a los tesalonicenses a reconfortarse unos a otros con las palabras que les escribió (1 Tesalonicenses 4:18). Cuando tenemos varios pasajes guardados en la mente, es más fácil citarlos para animar a otros creyentes.

Este punto es especialmente relevante para los pastores. Oí de un pastor que se olvidó su Biblia durante una visita a un enfermo en el hospital. Cuando alguien le pidió compartir algunas palabras de la Biblia, el pastor se congeló. No tenía pasajes memorizados. ¡Que esto no te suceda a ti!

8. Memorizar las Escrituras nos ayuda a compartir la Palabra con los incrédulos.

Pedro nos impulsa a estar listos para presentar defensa de la esperanza que tenemos en Cristo (1 Pedro 3:15). Debemos memorizar la Biblia para poder usarla fácilmente en conversación con pecadores que necesitan escuchar el mensaje de un Salvador que perdona. Hablando las palabras de Dios en vez de las nuestras fortalecerá el mensaje con la autoridad y poder de Dios (Isaías 55:11; Hebreos 4:12; Jeremías 23:29).

9. Memorizar las Escrituras nos dará mejor entendimiento de Dios y su voluntad.

Cuando conocemos y obedecemos la Palabra de Dios, llegamos a experimentar al Señor de una manera más profunda (Juan 8:31-32; Juan 14:21). Entre más profundamente conocemos a Dios, más conoceremos su voluntad para nosotros. Meditar en la Palabra mientras la memorizamos nos llevará a poder verificar la voluntad de Dios por la renovación de nuestras mentes (Romanos 12:2). ¿Quién no desea entender mejor la voluntad de Dios?

10. Memorizar las Escrituras nos hace sabios.

La Biblia está llena de sabiduría eterna que impacta la vida completa. Al memorizar la Escrituras, podemos tener esta sabiduría con nosotros en todo tiempo. Incluso Jesús crecía en sabiduría durante su vida (Lucas 2:52), ¿por qué no tú y yo?

Cristiano, haz que la Biblia sea tu tesoro supremo. Puede ser unos versículos, pasajes más largos, o libros completos; no hay mejor inversión de nuestro tiempo que guardar la Palabra de Dios en nuestros corazones.

Este último año he podido memorizar tres capítulos completos de Efesios con un grupo de hermanos. Tenemos la meta de memorizar el libro entero. Las palabras no pueden explicar de manera suficiente la bendición que este desafío ha traído a mi vida.

Si no te atreves a empezar con un pasaje largo, te recomiendo empezar con los versículos de abajo, recordando de la necesidad de entenderlos en sus contextos:

  • 2 Corintios 5:21
  • Isaías 53:5
  • 1 Juan 1:9
  • Hechos 4:12
  • 1 Tesalonicenses 5:16-18
  • Deuteronomio 8:3
  • Salmo 73:25–26
  • Marcos 8:35-36
  • Romanos 8:31-32
  • 1 Pedro 1:13
  • Ezequiel 36:26
  • 1 Tesalonicenses 5:9-10
  • Hebreos 4:15-16
  • Juan 1:1-2
  • Salmos 27:4

¡Que Dios bendiga tus esfuerzos!


Publicado originalmente en Coalición Por El Evangelio.

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8 maneras de usar los Salmos de la Biblia

14/08/2017 by kevin Leave a Comment

Publicado originalmente en Coalición Por El Evangelio.

Muchos creyentes ven a los Salmos como una serie de poemas o cantos individuales, escritos israelitas, pero sin conexión con el día de hoy. Sin embargo, al estudiarlos encontramos una compilación de poemas o cantos que expresan los sentimientos del pueblo de Dios en medio de diferentes situaciones de la vida.

Los Salmos están divididos en cinco libros, y cada división nos muestra una condición especial por las que estas personas están pasando, llevándonos a un clímax de alabanza y adoración por lo que Dios es y significa para ellos. Es por esto que los Salmos son un tesoro especial en las Escrituras que conectan el corazón y la mente de los creyentes en una manera rica y vívida. El formato y la diversidad de los Salmos nos permite usarlos en una variedad de maneras poderosas individual y corporalmente: casi como una navaja para nuestras vidas espirituales. A continuación, ocho maneras en las que podemos usar los Salmos:

1. Use los salmos para cultivar una vida de oración piadosa

¿Ha luchado en oración porque no sabe qué decirle a Dios? Los Salmos dan a los creyentes las palabras correctas cuando no saben qué decir. Nos muestran que es algo normal preguntarle “¿Por qué?”, o “¿Hasta cuándo, Señor?”. Aprendemos la necesidad de someternos a Él durante tiempos difíciles, y el gozo que tenemos en acercarnos a Él cuando contemplamos Su grandeza. El aprender de los patrones de oración de los salmistas enriquecerán nuestras oraciones, engrandecerá su contenido, y las harán mas centradas en Dios.

2. Use los Salmos para cultivar una vida de alabanza

¿Cómo respondió Moisés a la liberación que Dios hizo de la esclavitud en Egipto? Con una canción (Éxodo 15). ¿Cómo respondió David a la liberación del Señor de sus enemigos y de Saúl? Escribió un himno de alabanza (2 Samuel 22; cf. Salmo 18). ¿Cómo remedió Asaf su envidia de los malignos? Adoró al Señor, aprendió el destino de ellos, y escribió su historia de confianza en el Señor (Salmo 73).

Cantar los Salmos nos ayuda a proclamar las palabras de Dios y a dejar que more en abundancia en nosotros (Colosenses 3:16). Hacerlo de esta manera formará nuestras vidas conforme a la Palabra de Dios y asegurará que nuestras vidas sean más llenas de adoración.

Cantar los Salmos nos ayuda a proclamar las palabras de Dios y a dejar que more en abundancia en nosotros.

3. Use los Salmos para cultivar una cultura de adoración en su iglesia

El libro de Salmos es un himnario lleno de canciones para el pueblo del Señor. Muchos de los Salmos están diseñados para ser usados en la adoración congregacional. Algunos son dirigidos al músico principal y prescriben instrumentos específicos para acompañamiento (por ejemplo, Salmos 51-62).

Leer o cantar los Salmos congregacionalmente formará los corazones y las mentes individuales en la congregación, y ayudará a su iglesia a luchar por una cultura de adoración. Úselos como un llamado a la adoración cuando empiezan un culto,  como lecturas que responden a Dios, o como la respuesta a un sermón. Su congregación disfrutará de cómo las ricas imágenes en las Escrituras hablan directamente a sus vidas diarias, ¡y harán que sus corazones canten!

4. Use los Salmos para cultivar un hambre profunda por Dios

Los Salmos son un espejo a nuestras almas que revelan nuestros anhelos más profundos. Sus palabras forman nuestros corazones, conectándonos con los salmistas de manera emocional y profunda:

“Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré, que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo”, Salmos 27:4.

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, o Dios, el alma mía”, Salmos 42:1.

“Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas…”, Salmos 63:1.

Al hacer de los Salmos su oración, Dios obrará en usted y cambiará sus deseos para ser más como los de Él. C.S. Lewis lo dijo mejor: “La cosa más valiosa que los Salmos hacen por mí es expresar el mismo deleite en Dios que hizo danzar a David”.

5. Use los Salmos para cultivar una vida emocional piadosa

Cada creyente experimenta emociones altas y bajas, porque nuestro Señor Jesucristo mismo pasó a través de cada tipo de emoción. Los Salmos nos proveen un mapa fiel para seguir en el mundo de las emociones: lo bueno, lo malo, y todo lo que está en el medio.

  • ¿Cómo respondemos a la tristeza profunda? Vea el Salmo 43 que dice, “¿Por qué te abates, o alma mía, y por qué te turbas dentro de mi? Espera en Dios; porque aun he de alabarle, salvación mía y Dios mío”.
  • ¿Cómo respondemos cuando los malos prosperan? Vea lo que dice el Salmo 37, “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades”.
  • ¿Cómo damos gracias al Señor por nuestra salvación tan grande? “Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres; ofrezcan sacrificios de alabanza, y publiquen sus obras con júbilo”, Salmos 107:21-22.

Usar los Salmos como guía para nuestras emociones afinará las cuerdas de su alma con el tono perfecto de Dios.

6. Use los Salmos para cultivar un corazón agradecido

Es la voluntad de Dios que seamos agradecidos (1 Tesalonicenses 5:18). Cultivar un corazón agradecido es de particular importante en una cultura –aun la cultura cristiana– que pone el enfoque en los regalos de Dios en lugar de ser agradecido por lo que Dios ya nos ha dado en Cristo Jesús. Darle las gracias a Dios nos pone en nuestro lugar como humildes criaturas dependientes en un Dios creador lleno de gracia.

Los Salmos de agradecimiento celebran las obras del Señor y su bondad hacia nosotros. Como los salmistas, podemos recordar la bondad de Dios a través de toda la historia (Salmos 105) y también su bondad para con nosotros personalmente (Salmo 40).

Si Dios ha cambiado tu lamento en baile (Salmos 30:11), te ha dado una roca firme donde poner tu pies (Salmos 40:1-2), y ha sido tu roca y salvación (Salmos 62:1), ¿cómo no alabarle?

7. Use los Salmos para cultivar un entendimiento profundo de la vida cristiana

Los Salmos rompen en pedazos toda idea que dice que la vida cristiana es algo fácil y ligero. Nos muestran el gran panorama de la vida cristiana: desde las experiencias en la cima de las montañas, hasta en los caminos del valle de sombra de muerte.

Podemos escondernos de nuestros enemigos en una cueva con David (Salmos 57), clamar a Dios por causa de la injusticia con Asaf (Salmos 82), contemplar la brevedad de la vida y la grandeza de Dios con Moisés (Salmos 90), y entrar en el abandono de nuestro Salvador (Salmos 22). Los Salmos nos enseñan cómo vivir sabiamente durante tiempos difíciles.

Los Salmos rompen en pedazos toda idea que dice que la vida cristiana es algo fácil y ligero.

8. Use los Salmos para contemplar a su Salvador

Jesús usó los Salmos en muchas de las maneras descritas anteriormente. Cristo estuvo íntimamente familiarizado con los Salmos y había orado y cantado con ellos. Jesús fue completamente Dios y completamente hombre. Por tanto, Él conoce las experiencias de los salmistas, y Él mismo es el Dios descrito como Rey en quien podemos tomar refugio.

Vemos en las propias palabras de Jesús a sus discípulos que los Salmos tienen su cumplimiento en Él, “…era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44). Cuando lea los Salmos, tome en cuenta las referencias en el Nuevo Testamento que citan los Salmos en referencia a Cristo. También, tome en cuenta los temas del evangelio o características de Cristo que los Salmos señalan.

Aquí están algunos puntos destacados de Cristo en los Salmos:

  • Salmos 102:25-29 describe a Cristo como Creador eterno (cf. Hebreos 1:10-12).
  • Salmos 40:6-8 describe a Cristo como el que vendría y haría la voluntad de Dios (cf. Hebreos 10:5-7).
  • Salmos 22 describe con lujo de detalle la crucifixión de Cristo (y es citado por Jesús en la cruz).
  • Salmos 16 describe la resurrección y la gloria futura de Cristo.
  • Salmos 118 llama a Cristo “la piedra que desecharon los edificadores” y que “ha venido a ser cabeza del ángulo”.
  • Salmos 23 describe a nuestro Gran Pastor, Jesucristo, y Su provisión, Su protección, y Su gracia para sus ovejas (cf. Juan 10:14).
  • Salmos 110 describe el dominio de Cristo y su juicio venidero.
  • Salmos 2 y 45 describen el reino de Cristo desde un trono eterno.

Encontrar a Jesús en los Salmos es más que simplemente buscarlo como quien busca una palabra en un crucigrama. Dios quiere que encontremos al Cristo viviente y que encontremos vida en Su nombre. Él quiere transformar nuestros corazones y mentes para amarle y glorificarle, como transformó los corazones de los salmistas hace miles de años.

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