Cualquier soldado inteligente toma su papel muy en serio.
Necesita entrenar su cuerpo y su mente para los peligros de la guerra y las artimañas del enemigo si quiere salir victorioso. Tiene que conocer su propia debilidad, los puntos fuertes y las estrategias de su enemigo, y de dónde procede su fuerza. Si no sigue el protocolo y las órdenes de su comandante, puede ponerse en peligro para él y su ejército e incluso costarles la vida.
Lo mismo ocurre con los cristianos que son soldados en el ejército de Dios. Tenemos que ponernos toda la armadura de Dios para hacer frente a las artimañas de Satanás y luchar por la verdad de Dios.
En Efesios 6:10-20, el apóstol Pablo llama a los cristianos a vestir la armadura protectora de Dios y a empuñar las armas espirituales que se nos han dado. Nos ponemos la armadura espiritual de Dios y participamos en la guerra espiritual aplicando la verdad, viviendo con rectitud, proclamando el evangelio de la paz, tomando el escudo de la fe, poniéndonos la salvación como yelmo, luchando con la Palabra de Dios como nuestra espada, y arrodillándose en la oración.
Este artículo pretende equiparnos para nuestras batallas espirituales.
30 estrategias prácticas para ponerse toda la armadura de Dios
- Comienza el día con la Palabra de Dios y oración pidiéndole a Dios Su fortaleza a lo largo del día. (La Palabra de Dios es la verdad que lucha contra el padre de las mentiras.)
- Memoriza las Escrituras para mantener tu espada afilada.
- Ora en respuesta a lo que lees en la Biblia. La práctica de orar la Biblia es poderosa.
- Analiza las actividades/pensamientos en tu vida que aumentan tu fe, e incluye esas actividades en tu vida siempre que puedas.
- Analiza las actividades/pensamientos que dañan tu fe, y evítalos siempre que puedas.
- Canta salmos, himnos y cánticos espirituales y deja así que la verdad y la Palabra de Cristo habite ricamente en ti (Colosenses 3:16).
- Pide a Dios que luche por ti y te ayude a ser “fuerte en el Señor” (Efesios 6:10).
- Predícate el evangelio diariamente.
- Predica el evangelio a los demás siempre que Dios te dé la oportunidad.
- Ora en todo momento en el Espíritu Santo (Efesios 6:18).
- Pide ayuda al Espíritu Santo para ponerte la armadura y usar la espada del Espíritu.
- Analiza los esquemas del enemigo y cómo, cuándo y dónde te ha atacado en el pasado. [Una hoja de trabajo gratuita para batallar con la tentación]
- Anticipa las flechas incendiarias del enemigo y práctica usando la espada del Espíritu (la Biblia) para combatirlas.
- Mantente siempre alerta y vigilante. No puedes ponerte cómodo; siempre estás de guardia en la vida cristiana. Tu armadura no permanece naturalmente puesta si no estás continuamente renovando tu mente.
- Agradece regularmente a Dios por la salvación y la victoria que te ha provisto en Cristo.
- Medita en la gracia de Cristo, que nos enseña a vivir rectamente (Tito 2:11-12).
- Alégrate en el triunfo de Dios sobre Satanás que nos promete a los creyentes.
- Medita en la gloria futura que disfrutarás con Cristo. [Escucha una serie de enseñanza bíblica sobre el cielo.]
- Utiliza las Escrituras en la evangelización para penetrar en la oscuridad en la que viven los perdidos.
- Recuérdate constantemente tu falta de fuerza y la necesidad de apoyarte en la fuerza de Dios.
- Habla la Palabra de Dios a otros creyentes para su ánimo y fortaleza.
- Ten comunión constante con otros creyentes para animarnos unos a otros en la lucha.
- Cultiva amistades donde puedas pelear al lado de tus amigos en la batalla.
- Ora por todos los santos y ministros para que se mantengan firmes en la batalla contra el enemigo.
- Ora para que la proclamación del evangelio por los santos sea clara, audaz y alcance a muchos incrédulos con las buenas nuevas de Jesucristo (Efesios 6:19–20).
- Recuerda que las personas no son tus verdaderos enemigos, sino que peleas “contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
- Recuerda las victorias pasadas contra el pecado y el enemigo. Úsalas como un recordatorio del poder de Dios y de tu capacidad para permanecer firme en la fe.
- Pide a Dios que desarrolle en ti un deseo más profundo de ser fuerte en Él en todo momento, y que te ayude a ser consistente en protegerte para permanecer firme.
- Haz una lluvia de ideas sobre las mentiras que has creído acerca de un determinado asunto y escríbelas en una hoja de papel en una columna. En la columna siguiente, escribe la verdad bíblica correspondiente. Medita en esta verdad y práctica cómo combatir las mentiras que encontrarás.
- Recuérdate a ti mismo que el poder del Espíritu Santo es mayor que el poder del pecado y pídele al Espíritu que controle tu vida.
Cómo batallar la tentación según la Biblia: Una estrategia sencilla (video)